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sábado, 24 de mayo de 2014

EL SUEÑO DE LOS FARAONES, de Nacho Ares


DATOS PRÁCTICOS:


Título: EL SUEÑO DE LOS FARAONES
Autor: Nacho Ares
Editorial: Grijalbo
ISBN: 978-84-253-5142-6   
Páginas: 459
Presentación: Tapa blanda con solapas




Si hay un escenario literario por antonomasia, por la gran cantidad de novelas publicadas cuya trama transcurre en sus rincones más emblemáticos, ese es el antiguo Egipto. ¿Quién se puede resistir a un buen libro en el que faraones, pirámides o sacerdotes nos acercan a un contexto cargado de misterio, aventuras y descubrimientos? Bueno, también estarían las de arqueólogos en busca de insondables tesoros rodeados de misterio que, si además son egiptólogos, más razón para pasar unas cuantas horas con un libro entre las manos ¿verdad?

Pues eso es lo que pensé cuanto tuve ante mí la última novela de Nacho Ares y os aseguro que si os gustan las novelas que transcurren a ambos márgenes del Nilo y que mezclan géneros como el histórico y el thriller, no debéis dejar de leerla. Ahora os explico las razones:


EL AUTOR:

Nacho Ares (León, 1970). Licenciado en Historia Antigua por la Universidad de Valladolid, también posee el Certificado en Egiptología en el KNH de la University of Manchester. Ha pasado gran parte de su vida a la investigación y divulgación de los enigmas que rodean al antiguo Egipto.

Ha publicado dieciséis libros, donde uno decena de ellos están dedicados a la cultura egipcia:

- Egipto el oculto, 1998
- Egipto insólito, 1999
- El Valle de las Momias de Oro, 2000
- El guardián de las pirámides, 2001
- Un viaje iniciático por los templos sagrados del Antiguo Egipto, 2001
- Tutankhamón, el último hijo del Sol, 2002
- Egipto: Hechos y objetos inexplicables del Egipto Faraónico, 2002
- La historia perdida, 2003
- La historia perdida II, 2003
- El enigma de la Gran Pirámide, 2004
- Éboli. Secretos de la vida de Ana de Mendoza, 2005
- Egipto Tierra de dioses, 2006
- Arqueología de los dioses, 2007
- El retrato, 2009
- La tumba perdida, 2012
- El sueño de los faraones, 2014

También ha sido traductor y corrector de numerosos libros del inglés, además de dirigir durante una década la Revista de Arqueología, todo un referente en este campo. Ha publicado más de trescientos artículos en diferentes revistas especializadas y ha colaborado en diversos medios radiofónicos (SER Historia, de la Cadena Ser o Milenio 3) así como Cuarto Milenio en televisión, donde es reportero.




ARGUMENTO:


Año 969 antes de nuestra era. Kemet, el antiguo Egipto, sufre un momento muy crispado. La hambruna se ha propagado por todos los rincones del país y los ladrones de tumbas saquean por doquier en la ribera occidental de la capital tibana. Pinedjem II, sumo sacerdote de Amón, se encuentra amedrantado por el descanso eterno de sus antepasados y por el suyo propio, ya que intuye que su último suspiro está cercano y encarga a Ahmose, primer escriba de la Necrópolis de Millones de Años y a Takelot que encuentren y capturen a los ladrones y darles su merecido. Pero no es nada fácil, porque los robos se practican en tumbas de las que el pueblo no tiene conocimiento, por lo que la información sobre su ubicación sólo puede salir del Templo de Amón en Karnak, lo que implica que la corrupción se ha instalado en el Templo y que hay que buscar un nuevo alojamiento mortuorio tanto para él como para los miembros de su dinastía. Será Takelot quien encuentre el sitio ideal: un pozo oculto en una hondonada en uno de los extremos de Deir-el-Bahari, detrás de la colina de Gurna que miles de años después descubrirá Ahmed Abderrasul.

Visión aérea de una reconstrucción del complejo de Karnak

Febrero de 1874. Ahmed Abderrasul, junto con su hermano Mohamed y el amigo de ambos, Kamal, regresan a casa tras una jornada de pastoreo, cuando reparan en que les falta una cabra. No les queda más remedio que buscarla, a pesar de que la noche se les está echando encima, pues la escasez de alimentos está más que generalizada en todo el país y no pueden prescindir de ningún animal, ya que son vitales para la subsistencia de la familia. Enseguida descubren el pozo en el que ha caído y Ahmed decide bajar a por ella, colgado de una soga con la ayuda de Mohamed y Kamal.

Cuando consigue hacer pie prende una antorcha y descubre que del fondo sale un pasadizo. Escucha entonces un gemido suplicante y no duda en avanzar para recoger al animal que no debe andar lejos, hasta dar con una cámara enorme donde se apilan montones de papiros, estatuillas, ataúdes y toda clase de tesoros de un valor incalculable. Enseguida comprende que debe guardar secreto sobre lo que acaba de descubrir para después ir vendiendo las piezas poco a poco en el mercado negro, so pena de que en la aldea se enteren y la noticia llegue a oídos de los efendis del gobierno. Por ello, coge a la cabra y desanda el camino. Cuando llega al inicio del pozo se ata la soga a la cintura y avisa a los de arriba para que le suban.



Diciembre de 1880. Émile Brugsch, utilizando el sobrenombre de Kurt Marek, llega a Luxor (antigua Tebas) y se hospeda en el hotel más famoso y refinado de la ciudad, tras la reunión mantenida con su jefe y el resto de sus hombres de confianza para investigar la razón de la aparición de numerosas antigüedades en el mercado negro y que según todos los indicios pertenecen a la dinastía XXI. Se trata de distintas piezas: papiros, ushebtis, etc., de extraordinaria calidad. Visita la tienda de Antoun Wardi, un reputado anticuario de origen libanés y allí adquiere un ushebti de indudable belleza que perteneció a la reina Henut-taui, esposa de Pinedjem I, lo que confirma sus sospechas.




IMPRESIONES:

En El sueño de los faraones nos encontramos con una historia donde el suspense está asegurado y en la que confluyen los misterios del antiguo Egipto y uno de los hallazgos arqueológicos más impresionantes del siglo XIX, tras el hallazgo del escondite de momias reales de Deir-el-Bahari, un complejo funerario que se encuentra en el margen occidental del Nilo, frente a la antigua Tebas (actual Luxor) en Egipto. En este enclave, se encuentra el templo de la reina Hatshepsut (dinastía XVIII), único en su género y el más impresionante de los levantados en el valle.  

La novela se divide en un breve prólogo de tan sólo siete páginas que nos pone sobre aviso de la trama a desentrañar en los siguientes treinta y un capítulos. Al final, en una Nota del Autor, que es mucho más que un epílogo, Nacho Ares nos hace partícipes de los entresijos de la historia de la que hemos sido testigos, pues todo lo que nos describe (hechos, lugares o situaciones), incluido el descubrimiento del escondite de Deir el-Bahari, fueron reales. Los personajes que nos iremos encontrando –salvo raras excepciones- también existieron, así como las situaciones que se relatan. Quizás por ello, cuando acabas de leer la última palabra, sientes la sensación de que has asistido a una clase magistral, porque todo lo leído resulta todavía más emocionante.

Por ello, creo que es mejor que conozcamos primero a los principales personajes, aunque no son están todos los que aparecen en la novela, sino los que más relevancia tienen en la misma:

Primera etapa: Año 969 a de JC.

- Pinedjem II, Sumo sacerdote de Amón y jefe del ejército. Cuando comienza la trama es un anciano ya vencido y sin grandes ambiciones, en las postrimerías de su vida que sólo pretende acabar con los saqueos de las tumbas reales, para asegurarse como contrapartida su paso al reino de Osiris.

- Ahmose, primer escriba de la necrópolis tebana, a sus cincuenta años puede decirse que su vida siempre ha estado ligada al servicio de los escribas, desde que inició sus estudios en la Casa de la Vida del templo.

- Takelot, segundo escriba de la necrópolis, que ayuda a Ahmose en la investigación ordenada por el sumo sacerdote de Amón. De origen libio, apenas cuenta con veinticinco años.


Segunda etapa: Finales de 1880 y 1881.

- Kurt Marek: Alias utilizado por Émile Brugsch, colaborador del director del Servicio de Antigüedades (Gaston Maspero) en El Cairo para pasar desapercibido en la investigación emprendida para localizar unas antigüedades que están surgiendo en el mercado negro de Luxor correspondientes al período de la dinastía XXI. Apenas roza la cuarentena y además de fotógrafo es un estudioso de la egiptología. De origen alemán, es soltero además de elegante y con fama de zalamero.

- Charles Edwin Wilbour: De origen norteamericano, es un adinerado expolítico y hombre de negocios que abandonó sus actividades en Nueva York para dedicarse al mundo de la egiptología. Cuando Kurt Marek empieza a levantar sospechas por sus indagaciones, él le sustituye.

- Antoun Wardi: De origen libanés (nació en Beirut) posee una tienda de antigüedades en Luxor y es todo un referente por la calidad de sus artículos. Toda su vida la ha dedicado a traficar con este tipo de piezas, por lo que tiene contactos a nivel internacional.

- Mariam Gergess: Trabaja como dependienta en la tienda de Antoun Wardi. De cabello oscuro, no lo lleva cubierto porque profesa la religión copta (cristiana egipcia) y apenas tiene poco más de veinte años.


Os comentaba al principio que en la narración confluyen los misterios del antiguo Egipto y el descubrimiento del escondite de momias reales de Deir-el-Bahari (la tumba DB320). Esto es posible porque el autor juega con dos líneas temporales (la  primera transcurre durante el año 969 antes de nuestra era, siendo sumo sacerdote de Tebas Pinedjem II; la segunda transcurre en 1881, cuando un grupo de egiptólogos que trabajan para el Servicio de Antigüedades Egipcias deciden iniciar una investigación). Con un ritmo muy dinámico y un estilo sencillo, te ves obligado a mantenerte pegado a sus páginas, porque el interés va en aumento capítulo a capítulo, página a página.

Los capítulos se van alternando y lo más curioso es que en ambas etapas, separadas por tres milenios, el planteamiento es similar, así como la situación desesperada de una población en la que el hambre y las enfermedades están haciendo mella, puesto que en los dos casos se inicia una investigación sobre objetos funerarios robados y puestos a la venta en el mercado negro, claro que con diferentes motivaciones. En la primera etapa (año 969 antes de nuestra era) el sumo sacerdote,  jefe del ejército y Visir de Amón, Pinedjem II, siendo sabedor de que unos ladrones de tumbas están robando los objetos de sus ancestros, encarga una investigación no sólo para capturarlos y someterlos a escarnio público, sino para poner fin a la corrupción que se ha instalado en el Templo de Karnak. La solución final parte por encontrar un escondite donde dormir el sueño eterno sin temor a que los saqueadores se hagan con los objetos indispensables que le han de ayudar a superar las distintas pruebas y así alcanzar el reino de Osiris. En la segunda etapa, son los responsables del Servicio de Antigüedades ubicado en el Museo Bulaq (Gaston Maspero, Émile Brugsch, Charles Wilbour, Maxence Chalvet y Ahmed Kamal, el primer egiptólogo egipcio) quienes pretenden proteger el patrimonio nacional, localizando a los ladrones de tumbas y rastrear el origen de un flujo constante de tesoros hasta dar con la red corrupta que los ampara, que actúa con total impunidad por pura y simple codicia. Entre ellos, se encuentran Mustafa Aga Ayat y el anticuario Antoun Wardi y la familia Abderrasul.




 CONCLUSIONES:

El sueño de los faraones es una novela llena de intriga y misterio, basada en hechos reales, lo que supone un valor añadido por el interés que es capaz de despertar. No por ello es menos amena, ya que el autor sabe conjugar un estilo sencillo, pero eficaz con unas descripciones precisas e insuperables en muchos momentos. El trabajo de documentación es más que obvio, no en vano Nacho Ares es un gran investigador especializado en egiptología, por lo que la ambientación es espectacular y merece la pena recrearse entre sus páginas para, de la manera más placentera posible, ser testigos de un fragmento de la historia del antiguo Egipto.







sábado, 17 de mayo de 2014

LA SONATA DEL SILENCIO, de Paloma Sánchez-Garnica


DATOS PRÁCTICOS:

Título: LA SONATA DEL SILENCIO
Autora: Paloma Sánchez-Garnica
Editorial: Planeta
ISBN: 978-84-08-12705-5                                       
Páginas: 896
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta




Cuando en junio de 2012 leí Las tres heridas, de Paloma Sánchez-Garnica, comprendí que era una escritora a la que debía seguir, pues me encantó aquella historia que transcurría a partir del día en que se produjo el Alzamiento Militar que dio origen a la Guerra Civil. Me gustó todo de la novela, la trama principal y la secundaria (la obra transcurre en dos momentos históricos distintos, alternando pasado y presente), el trasfondo, los personajes, las descripciones y la multitud de anécdotas que en ella se narraban. Tuve claro que el éxito que alcanzó la novela no iba a ser flor de un día y que la autora se convertiría en alguien a quien leer en el futuro. Por ello, cuando me enteré que salía al mercado un nuevo libro de Paloma Sánchez-Garnica, me faltó tiempo para conseguirlo y hoy es el día en que quiero hablaros de lo que su lectura me ha supuesto.


LA AUTORA:

Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962), licenciada en Derecho y en Historia, en la actualidad se dedica a escribir. Llegó a este mundo por casualidad, como ella misma afirma, pero lo ha hecho con paso firme y, hasta el momento, son cinco las novelas que ha publicado:

- El Gran Arcano, en 2006, con Plaza & Janés. 
- La brisa de Oriente, en 2009, con Plaza & Janés.
- El alma de las piedras, en 2010, con Espasa
- Las tres heridas, en 2012, con Planeta
- La sonata del silencio, en 2014, con Planeta.



ARGUMENTO:

Cuando Marta Ribas y Antonio Montejano se casaron, lo tenían todo en su mano para ser felices, pero la guerra y un mal entendido sentido de amistad por parte de él trastocaron sus sueños e ilusiones y, por tanto, sus vidas. Él era médico, ella ansiaba convertirse en pianista profesional, pero los derroteros de la vida les llevaron a renunciar a sus anhelos más profundos. También a su status social, convirtiéndose en pobres de solemnidad de la noche a la mañana a raíz de una acusación de homicidio que Antonio no había cometido, pero por el que fue a la cárcel, de la que salió por la ayuda prestada por sus amigos. Por ello, cuando Antonio enferma y tiene que ser hospitalizado, Marta se ve sin ingresos de ningún tipo y comienza a trabajar como asistente personal de una mujer de negocios italiana, muy rica, que se hospeda en el Hotel Palace, gracias a la intermediación de Don Próculo, un sacerdote amigo de la familia. Pero eso no le vale al vencindario en el que vive ni a los que se consideran sus amigos, que no dudan en cuestionar su trabajo y actitud. Tampoco su marido lo acepta y la obliga a abandonar su actividad a pesar de que gracias a ella pueden saldar todas sus deudas y vivir dignamente.

Pero esto sólo será la punta del iciberg de una historia que transcurre durante la postguerra y una intrahistoria en la que la indigencia y la abundancia se dan la mano y en la que podemos ser testigos del los ambientes más populares del momento o el carácter típico de los madrileños de la época en diferentes entornos.





IMPRESIONES:

Normalmente el título de una novela –aparte de su argumento- es el mejor de los reclamos y, en este caso, es todo un acierto, porque el alma de la historia queda resumida en esas cuatro palabras. No obstante, no es sólo la música uno de los ingredientes básicos de la misma, así que intentaré explicar por qué a mí me lo ha parecido. Efectivamente, a lo largo de las páginas nos encontraremos con que un músico de renombre internacional compone una pieza musical en honor a la protagonista cuyo título es el mismo. Por otro lado, el título me ha parecido una analogía del devenir de la existencia de Marta y su hija Elena, ya que una sonata es, a fin de cuentas, una composición para uno o dos instrumentos que se estructura en tres o cuatro tiempos. Obviamente, los instrumentos serían ellas y los tiempos los momentos que van determinando su evolución personal. El silencio vendría de serie, porque en ambos casos, tanto madre como hija se guardan demasiada información vital para ellas, que de haberla comentado en el momento adecuado, no hubiese dado lugar a un mutismo envenenado que sólo beneficia a otros.

La acción se desarrolla en el Madrid de 1946, aunque no puede decirse que se trate de una narración lineal al uso, ya que a medida que vamos avanzando en la trama, se nos remitirá al pasado para que podamos entender la realidad y el por qué de muchas circunstancias. Por ello, nada mejor para entender un poco esta historia, que hacer un breve bosquejo de los personajes, dado que son la base sobre la que se asienta esta interesante historia:

- Antonio Montejano: Esposo de Marta y médico, aunque abandonó su profesión al poco tiempo de iniciarla tras un accidente de automóvil que segó la vida de su padre y de cuatro de sus hermanos. Tuvo que hacerse cargo de la tienda de antigüedades que regentaba en la calle Alcalá. Pero el negocio se vino abajo como consecuencia de la guerra, ya que un bombardeo asoló el local por completo junto con el material que en él almacenaba. Tiempo después, una vez terminada la contienda, fue inculpado de un asesinato que no cometió, por lo que entró en prisión, saliendo en poco tiempo gracias a la colaboración de sus amigos. Pero le resultó imposible encontrar empleo, ya que los expresidiarios difícilmente pueden librarse de esa marca  imborrable que les acompañan de por vida, por lo que no le quedó otra que trabajar para su amigo Carlos en su notaría, por un sueldo ridículo que apenas da para pagar el alquiler de la casa en la que vive junto a su familia y sin seguro médico.

- Marta Ribas: Es la abnegada esposa de Antonio y la protagonista indiscutible de la novela, ya que toda la trama gira en torno a ella. Hija de diplomáticos, su educación fue muy esmerada hasta el punto de dominar varios idiomas. De joven quiso convertirse en pianista profesional, pero la guerra y la concatenación de distintos errores cometidos por su esposo frustraron sus sueños. Aunque se casaron muy enamorados, el carácter de su esposo a lo largo de los años hizo mella en sus sentimientos y a pesar del rencor acumulado por las situaciones que tuvo que torear, la sumisión parece formar parte de su ADN. Cuando su marido enferma y se encuentra sin ingresos, encuentra un trabajo en el que además de sentirse realizada y feliz, le permite llevar una vida digna, pero que acaba abandonando ante la insistencia de su esposo.

- Elena Montejano: Hija única de Antonio y Marta, es una joven humilde y esencialmente buena. Su respeto a la autoridad paterna se hace más que evidente cuando acepta un matrimonio apañado entre su padre y un vecino del inmueble en el que viven, machista hasta la médula, que la llevará por el camino de la amargura desde el primer día, aún estando enamorada de un músico callejero.

- Rafael Figueroa: Amigo íntimo de Antonio desde la infancia. Nacieron el mismo año y vivieron siempre en el mismo edificio. Casado con Virtudes, ejerce como Notario. Su oficina se encuentra en el piso que antes de la guerra habitaban los Montejano. En el momento de iniciarse la acción, tiene tres hijos: Virtuditas, Basilio y la benjamina Julia que se lleva tres semanas con Elena Montenajo, su mejor amiga.

- Virtudes Molina: Esposa de Rafael, conoció a su marido cuando este llegó a Betanzos para ocupar su primera plaza como notario. Además de ser poco agraciada en lo físico, su carácter también deja mucho que desear. Víbora y santurrona a partes iguales, no dudó en urdir una trama junto con su madre para embaucar al notario y casarse con él.

- Basilio Figueroa: Único hijo varón del matrimonio Figueroa Molina. Es un joven tarambana que aparentemente estudia Derecho para posteriormente seguir la estela de su padre, pero que prefiere dilapidar su tiempo y su dinero entregado a sus muchos vicios, a caballo entre la prostitución y el consumo de cocaína. Éste último le llevará a convertirse en esbirro de un “notable”  mafioso de origen alemán para poder costeárselo.

- Mauricio Canales: Vecino del inmueble, un personaje sin escrúpulos que utiliza su cargo en la judicatura para su propio beneficio. Viudo desde poco tiempo después de casarse, no tuvo reparos en agenciarse con todo el patrimonio de su esposa y sus suegros. Durante un tiempo tiró los tejos a la hija mayor de los Figueroa, para acabar casándose con Elena Montejano.

- Eutimio Granados: Oficial de la notaría de Rafael Figueroa. Es un hombre taimado, interesado y aprovechado acostumbrado a hacer el trabajo en la oficina de manera impecable y mucho mejor en la calle, donde se encuentra como pez en el agua nadando en el submundo del estraperlo y los bajos fondos.

- Don Próculo Calasancio: Amigo desde la infancia de Antonio y Carlos, ya que eran compañeros del colegio, la amistad con el primero se afianzó mucho más en la facultad, ya que ambos eligieron cursar la carrera de medicina. Aún así, los tres fueron, sobre todo, amigos de correrías en su juventud. Precisamente en una de ellas, Próculo se vió envuelto en una pelea nocturna en la que dejó a su enemigo tirado en el suelo e inconsciente. A los pocos días se enteró que había muerto esa misma noche, atropellado por un vehículo y decidió abrazar la religión para purgar su desazón. De ese modo pasó a convertirse en sacerdote y, por su condición, aglutina en su persona los secretos más íntimos de las dos familias, aunque está obligado a guardar silencio al haber sido formulados en el confesionario.

- Celia Baldomero: Estando recién casada, a los pocos días de su boda su esposo, Benito Olmedo, murió, convirtiéndose en una viuda prematura y sin ningún ingreso. Por eso, poco antes de quitarse el luto, decidió convertir  su casa de ocho dormitorios, situada al principio del Paseo de Santa María de la Cabeza y por lo tanto muy próxima a la estación de Atocha, en una pensión. Después de unos años de relativa tranquilidad en lo económico, pues su clientela era prácticamente fija, llegó la guerra y sus planes se desbarataron, ya que unido a las carencias propias de la contienda espantó a sus huéspedes, por lo que el negocio pasó a convertirse en una casa de citas, alquilando las habitaciones por horas y evitándose, de este modo, las tres comidas que daba a sus clientes. A través de ella conoceremos cómo funcionaba ese submundo y cómo se comportaba su clientela.

Y, por supuesto, también está la Música, a la que podemos considerar un personaje más. No sólo está presente en el título como os decía al principio, sino que lo está a lo largo de las páginas de este libro. De hecho, todos los capítulos están titulados y, muchos de ellos, hacen referencia a distintas piezas musicales de compositores consagrados. Lo sorprendente de todo es que la autora, en los agradecimientos, nos comenta que aunque es capaz de alcanzar la máxima emoción al escucharla, no se considera una entendida en este arte, por lo que se ha servido de los conocimientos de Carmen Luque y Pedro Ramos, pianistas o de Fernando Turina, Julio Alexis Muñoz, María José Zamora y algún otro para entender mejor y de ese modo transmitirnos lo que sienten los músicos a la hora de interpretar una pieza musical, ya que algunos de los personajes de esta historia lo son.

Me ha fascinado el modo en que Paloma Sánchez-Garnica retrata a la sociedad de la época, de ese amargo trasfondo en el que no sólo las leyes, sino la mentalidad de las gentes marginaba a las mujeres, empezando por ellas mismas y un sometimiento enfermizo difícil de entender hoy en día. Esto se plasma en todos los ámbitos: desde el laboral, al personal o penal. Cuando Marta Ribas empieza a trabajar, su vecindario se permite cuestionarla y criticarla, hasta el punto de organización una reunión para tratar el asunto en el domicilio de Rafael Figueroa, a instancias de su esposa, como si estuviese cometiendo un crimen y buscar entre todos ellos una solución, cuando lo único que pretende es vivir con un mínimo de dignidad realizando un trabajo para el que está plenamente capacitada, ya que se mantienen prácticamente de la caridad ofrecida precisamente por su amigo Rafael Figueroa, amigo de la infancia de su marido. Pero Antonio Montejano, su esposo, piensa lo mismo que los demás, hasta el punto de que nada más abandonar el hospital en el que ha sido ingresado por una neumonía, la obliga a abandonar esa fuente de ingresos a pesar de que él no tiene medios ni salud para poder mantener a su familia. Tampoco tiene reparos en que su hija trabaje y la exploten en una zapatería, de sol a sol, por dos reales y entiende que su salario ha de ser más bajo que el de un hombre aunque haga la misma tarea. Porque hay que mantener las apariencias por miedo al qué dirán. Eso por no hablar de infidelidades o adulterios, ya que mientras los hombres pueden cometerlos sin reparos, el que una mujer haga lo mismo implicaría la asunción de un delito por el que podría ir a la cárcel con la simple denuncia del esposo.

En el mismo plano estaría el poder de la Iglesia sobre la ciudadanía, siempre ligada al régimen con el que alcanzó una profunda complicidad y grandes privilegios. Se erigió como la institución adecuada para educar y manipular a los cristianos. Por ello, los ciudadanos estaban obligados a participar en todo tipo de actos religiosos, como bodas, misas y procesiones. También adquirieron el control tanto en la censura como en la educación. En la novela nos encontramos con un personaje –el cura Don Próculo- que es un fiel exponente de todo ello y que por medio del secreto de confesión es capaz de controlar sutilmente pero con eficacia la vida de sus conocidos.

Las descripciones en general son muy someras, pero me ha extrañado este extremo cuando de lugares se trataba. Teniendo en cuenta que la acción transcurre en Madrid, me sorprende que alguien que no conozca la ciudad sea capaz de reconocerla. Es más, los escenarios siempre suelen ser prácticamente los mismos, habida cuenta que la inmensa mayoría de personajes –tanto protagonistas como secundarios- viven en el mismo edificio: una comunidad situada en el número 10 de la Plaza del Ángel. Por poneros un ejemplo, son muchas las veces en que Marta Ribas o su hija salen de su casa en dirección a la Plaza Santa Ana, para luego llegar a la calle Atocha. Pues bien, la autora no nos contará nada acerca de estos sitios, ni un solo detalle y eso que a efectos lúdicos, son unos de los espacios más frecuentados a nivel turístico en la ciudad o una mínima mención a los monumentos que nos podemos encontrar. Lo mismo puede decirse cuando acuden al hotel Palace, situado en la Plaza de Cánovas del Castillo (conocida popularmente como Plaza de Neptuno por el conjunto escultórico que se alza en el centro de la misma) o la Iglesia de los Jerónimos, por poner algunos ejemplos.

La prosa es muy fluida, con un estilo elegante, aunque de ritmo lento. No obstante, ha habido una serie de detalles que en ciertos momentos me han llegado a irritar como es el uso repetitivo de ciertas palabras, como si no hubiese sinónimos suficientes como para recurrir a ellos. Algún ejemplo de ellas sería zaquizamí, siempre refiriéndose al domicilio de los Montejano, que si bien lo era, también se podía referir a él como cuchitril o cuartucho, entre otras; otro ejemplo es la palabra salaz, utilizada siempre en los mismos términos (y no será por palabras equivalentes que se podrían usar). Y lo que más me molestaba es que era rara la escena –mucho más si en ella aparecen hombres- en que estos estén fumando y siempre, siempre, aparece la palabra “pinzar” bien para coger el cigarro entre los dedos o llevárselo a la boca. Hubo momentos en que me la veía venir, os lo aseguro.



CONCLUSIONES:

La sonata del silencio es una novela entretenida y muy interesante, que retrata a la perfección un momento de nuestra historia reciente y la sociedad de la época. Pero, sobre todo, es una novela de personajes impecablemente perfilados, con sus luces y sus sombras y esa sensación de espontaneidad que los hace imprevisibles, con toda la humanidad que eso conlleva.






jueves, 1 de mayo de 2014

SANT JORDI BLOGUERO 2014 – CRÓNICA (Parte II)

El éxito de participación en esta iniciativa me obliga a dividir la Crónica en dos partes, so pena de hacerla interminable. En la primera parte, os hablé de los libros que habían recibido:

Susana, del blog Learning True Literario
José Hervás, del blog La Casa de San Jamás
Margari, del blog Mis lecturas y más cositas
Leira, del blog El rincón de Leira
Cartafol, del blog O meu Cartafol
Xula, del blog Caminando entre libros
Mariuca, del blog Mis lecturas
Zarzamora, del blog Desde mi ventanilla
Amelia Noguera, del blog Platero y ellos
Silvia, del blog Happiness Life
Tatty, del blog El universo de los libros
Albanta, del blog Adivina quien lee
Noelia, del blog Hic et nunc
Ángela León, del blog Polvo de libros
Amylois del blog Amylois
Lourdes ILGR, del blog El despertar de un libro
Montse Ríos, del blog El vicio de escribir
Leona, del blog Lecturópata
Lara del Cofre, del blog El cofre de Óscar
Kayena, del blog Kayena: Negro sobre blanco
Lesincele, del blog Leer es viajar
Resi Scrap, del blog El olor del papel
Laura, del blog Brownie y sus cosas
Quilu, del blog, Vamos a leer…
Tizire, del blog El lado frío de mi almohada
Margaramon, del blog Libros, exposiciones, excursiones…
Halcombe, del blog La vida no basta

Y ahora, tengo que continuar con:

Ángela, del blog Anduriña, nos cuenta que también estaba de viaje cuando le llegó el paquete, por lo que a su vuelta tuvo que ir a recogerlo a la Oficina de Correos, precisamente el día 23. Su remitente, Rebeca de Winter, del blog Negro sobre blanco le envió la novela de Susana Vallejo, Calle Berlín, 109, así como una agenda que le ha encantado y media docena de marcapáginas, pues su bloguera invisible la estuvo “espiando” y se enteró, mediante un comentario en su blog, que los coleccionaba. Lógicamente, también le envió una rosa, en este caso artificial, pero muy bonita. También nos habla del regalo que ella envió, que preparó con mucho mimo y cuidado, pero del que no sacó ninguna foto, por lo que nos remite al blog de su destinataria, Halcombe.


El blog Rustis y Mustis leen es administrado por dos hermanas que participan en esta iniciativa por separado, aunque la “entrada” en la que nos hacen partícipes de su experiencia también es conjunta. Así, Rustis tuvo como bloguera invisible a Quilu, del blog Vamos a leer… quien en vez de un libro, le envió dos. Por un lado, con el que se había prestado a este juego, titulado Los niños de la Encarnación, de Daniel Segovia y el segundo, Pensamientos para sonreir moderadamente, de Carlos Leal. La rosa era una pinza muy bonita para colgar fotos, a la que ha dado muy buen uso. A Mustis, su remitente le hizo especial ilusión, pues es una bloguera a la que tiene cariño, Teresa, del blog Leyendo en el bus. Y bien que lo demostró por detallista enviándole el libro de Mayte Esteban, Detrás del cristal, dedicado por la autora acompañado de una libretita y una postal cuyo motivo eran rosas.




Por lo que vengo viendo hasta ahora, en líneas generales se puede decir que casi todos los envíos llegaron a tiempo, pero no siempre ocurre así y The An5a, del blog A place for your dreams, lo recibió con dos días de retraso. Eso si, la sorpresa que se llevó cuando se encontró con toda una señora caja en la Oficina de Correos no se la quita nadie. Su remitente fue Cristina_Roes, administradora del blog MiMar de letras y junto a la novela Atrévete de una vez, de Jill Mansell, adjunto una rosa muy vistosa y una tarjetita.


Es curioso, pero a veces no sé ni como funciona Correos. Me explico: hace un par de días Laky me comentaba que no le había llegado su libro. Inmediatamente contacté con la persona que tenía que enviárselo y me enseñó el ticket que le habían dado en la oficina, en donde se podía ver perfectamente que lo había enviado muchos días antes. Sin embargo, leyendo el post de Pedro, en su blog Comentarios, libros…, que su bloguero invisible hizo el envío el día 21 y llegó dos días después, precisamente el día de Sant Jordi. Eso sí, aunque se tomó su tiempo, Pedro, del blog El búho entre libros, se esmeró mucho con el paquete. Así, junto con la novela de Ángela Becerra, Memorias de un sirvengüenza de siete suelas, le envió una bonita agenda que ya tiene dueña y una impactante postal con muchas rosas. También nos habla de la preparación de su paquete y de la “rosa” que envió a su correspondiente bloguero que, por lo que he visto hasta ahora, es el regalo más original de la edición.


A Pakiko, el administrador del blog Las lecturas de Pakiko, le hizo mucha ilusión participar en esta iniciativa, pues era su primera vez, tras varios años viendo los toros desde la barrera. Y a pesar de todos los inconvenientes que se pusieron en su contra, al final lo consiguió, aunque hasta última hora me tuvo en vilo. Por eso ahora es el momento de hablar de los resultados, en los que tuvo mucho que ver Pedro, del blog Comentarios, libros…, que fue el encargado de enviarle la novela de Julia Navarro, La biblia de barro, que espera devorar en vacaciones y una rosa de lo más original: una botella de vino de Toro, que como podéis comprobar en la foto, hace honor a las exigencias de Sant Jordi.

Zeno, la administradora del blog Lo que leo y punto me ha sorprendido al definir ese momento que todos esperamos con cierta inquietud, una vez enviados los emparejamientos, que tiene como protagonista al cartero.  Según ella, es como una emoción sobrenatural, más si te cogen llegando antes de tiempo. Yo no sé si llegaría a tanto, pero tengo que reconocer que hay un poco de magia en todo ello. Dicho lo cual, os diré que la encargada de emocionarla de tal manera en esta ocasión ha sido Amylois, del blog del mismo nombre, quien por lo que se puede apreciar en la foto, le ha hecho llegar la novela Cuestión de esperanza. Sin ti ¡no!, de YZ Herrera, junto con un marcapáginas, una nota y un colgante cuyo motivo era una rosa.








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