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jueves, 18 de mayo de 2017

PRESENTACIÓN DE "RECORDARÁN TU NOMBRE", DE LORENZO SILVA, EN MADRID

Anteayer, 16 de mayo, la ciudad de Madrid se vistió de gala para dar la bienvenida a un libro, Recordarán tu nombre, de Lorenzo Silva, que colmará las expectativas no solo de los lectores más exigentes, sino de cualquier persona sensibilizada con la historia reciente de este país nuestro tan peculiar. El mismo que tan pronto es capaz de crear ídolos de barro como silenciar, bajo el manto de la indeferencia, a aquellos que han dado su vida para allanarnos el camino.

El lugar elegido era la Sala de Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, en la madrileña calle Preciados a la altura de Callao. La cita: las siete de la tarde.

Llegué media hora antes, nerviosa y expectante porque siempre es un lujo asistir a un evento de este calado y más cuando el protagonista es alguien a quien admiras tanto en su faceta literaria como personal. Allí me esperaba Edu, administrador del blog Algunos libros buenos, con el que disfruté de una tarde tan emotiva como memorable.

Hizo de maestro de ceremonias Ramón Pernas López, Director de Ámbito Cultural quien, después de agradecer al resto de los componentes de la mesa su asistencia, enseguida dió paso a Emil Rosales, editor de Destino, quien nos habló del arduo trabajo que llevó aparejado el sacar adelante este libro. Porque Recordarán tu nombre no es una novela al uso: ni siquiera es ficción. Entre sus páginas encontraremos fragmentos de otros libros, imprescindibles para entender la historia; e-mails, fotografías, etc. y la editoral ha respetado hasta sus últimas consecuencias los derechos de autor de cada uno de los mencionados. Lógicamente, de todo esto te darás cuenta a medida que vayas adentrándote en sus páginas y lo agradecerás como un regalo. 


El momento más impactante del acto se produjo con la intervención de José Antonio Cobreros Aranguren, nieto del general. Embargado por la emoción y el agradecimiento más absoluto hacia Lorenzo Silva por este ejercicio de justicia poética que representa el exquisito trabajo de búsqueda, compilación y documentación para que este libro viese la luz y lo haga cargado de respeto y sensibilidad, nos contó la adversidad por la que pasó su familia tras el fusilamiento de su abuelo. De cómo su mujer, que tuvo que ver como cuatro de sus hijos fallecieron igualmente con poco más de treinta años, tuvo que hacerse cargo del resto de hijos y nietos. Nunca pudo desprenderse del halo de tristeza que sus ojos reflejaban, pero del mismo modo, nunca se refugió en el rencor, sino que siempre se mantuvo en el respeto y el amor que su esposo mantuvo por la Guardia Civil y a un país que los había condenado al ostracismo. Habló de otros detalles, como de título de la "novela" en sí, que para él no es más que el deseo implícito del autor, se quitó méritos en lo referente a todo lo que tanto él como su familia han aportado al autor y tanto a mi, como imagino que al resto de los asistentes en el evento, se nos hizo un nudo en la garganta y no pudimos reprimir las lágrimas. Y estas iban a más si te fijabas en la actitud de la mesa en general y en Silva en particular, por la ternura que se apreciaba en sus gestos, en su mirada, ante el discurso de este hombre, que, como su antepasado -quizás porque hay formas de ser que se transmiten de generación en generación- nos dió una lección de vida.

A continuación tomó la palabra el célebre poeta y escritor Andrés Trapiello, que reincidía en esto de dar a conocer la obra de un amigo. Su discurso fue fantástico, ya que analizó en profundidad el contenido del libro para presentárselo al numeroso público asistente. De un libro del que no se podía hacer spoilers, porque ya la historia se había ocupado de ofrecernos el fatal desenlace del protagonista, pero que evidencia a la perfección la verdadera historia de un hombre notable -José Aranguren- y uno de los momentos más memorables y funestos de la historia española: la sublevación militar en Barcelona, el 19 de julio de 1936 y de cómo el general Goded, antiguo camarada en la Guerra de África, se enfrentó a nuestro protagonista porque el primero intentó convencer al segundo para que colaborase con el alzamiento militar y de cómo se negó Aranguren, máximo responsable de la Guardia Civil en Cataluña, que siempre se ciñó a su juramento de defender a la República. 

Explicó que este libro se ha publicado en el momento oportuno, porque aunque dicen que la historia la escriben los ganadores, siempre es el tiempo quien da y quita razones. Lorenzo Silva ha necesitado su tiempo y ese es hoy y ahora, justo cuando se ha convertido en el escritor que es, con una "hoja de servicios" intachable, tanto en el terreno literario como en el personal. Una voz más que autorizada en todos los sentidos porque Recordarán tu nombre está escrito desde la objetividad más categórica, porque se ha alimentado, únicamente, de aquello que está contrastado y testimoniado.

Cuando Lorenzo Silva tomó la palabra, la emoción afloró por su garganta, no obstante sus palabras fueron determinantes. Nos habló de de cómo había enfocado la construcción de esta historia, en la que no hay ni un solo personaje de ficción pero en la que cobran vida incluso sus abuelos. Porque esta historia parecía haber estado presente toda su vida sin él saberlo, porque es su relato más personal. De cómo se topó con la figura del general Aranguren allá por 2008 cuando se estaba documentando para un libro sobre la Guardia Civil y reparó en su figura. Y siguió cruzándose en su camino, hasta que su biznieto, Lorenzo Rubio se puso en contacto con él vía e-mail tras ver una alusión a su antepasado en su novela La marca del meridiano. Le habló en él de algunas coincidencias entre ambos: los dos se llamaban igual; nacieron el mismo año y ejercieron la misma profesión que, aunque el escritor ya no la desempeña, le ha forjado profesionalmente. Y cuando Silva le informó de su intención de escribir sobre su bisabuelo, éste le puso en contacto con José Antonio Cobreros Aranguren, por ser el que entendía era el depositario de la memoria familiar.

El tiempo corría y yo quería apresarlo, que no se me escapara porque cada detalle que el autor ofrecía no solo era instructivo en toda la extensión de la palabra, sino una ocasión única de asistir a una clase magistral. Hubo un momento dado en que Silva reparó en que le hubiese gustado tener presente en la mesa algo personal del general Aranguren, pero que con las prisas de última hora no repararon en ello. Intervino entonces Lorenzo Rubio, para decir que portaba con él el fajín de su antepasado y el crucifijo que llevaba en el momento de su fusilamiento, único efecto personal que devolvieron a la familia y se acercó a depositarlo para que todos pudiésemos observarlo.


El momento culminante de su intervención fue cuando se refirió al proceso judicial al que sometieron a Aranguren. Un juicio al que tachó de deleznable en forma y fondo tras leerse el sumario.

En fin, podría alargarme durante horas contando cada detalle; sin embargo, no quiero extenderme, sino animaros a que leáis Recordarán tu nombre, porque yo lo estoy haciendo y estoy francamente impresionada.

6 comentarios:

  1. Extraordinaria crónica 👏👏👏👏👏

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  2. Archi, te superas
    Mira que me lo habías contado, pero leerlo ha sido más emocionante.
    Besotes.

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  3. Qué suerte poder asistir a un evento tan importante; gracias por compartirlo con nosotros. Tomo buena nota del título, pues la novela histórica es una de mis favoritas y ésta tiene una pinta fenomenal. Espero leer tu reseña muy pronto. Un beso

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  4. Lo primero muchas gracias por compartirlo, las veces que he ido a escuchar a Lorenzo Silva siempre he salido con anécdotas, descubrimientos y, sobre todo, interés en seguir tirando del hilo que te deja.
    El cuanto al libro, lo acabo de empezar.
    Besos

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  5. Qué bueno! Pues sí, tuvo que ser una clase magistral. Envidia me das por haber podido asistir. Gracias por esta estupenda crónica! Y desde luego ese libro lo tengo que leer.
    Besotes!!!

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  6. Estupenda entrada y muchas gracias por compartir esa experiencia. sin duda, conseguiré el libro.
    Un placer pasar por tu blog.
    Un abrazo.

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