Este año decidí tomarme la Feria del Libro con tranquilidad y,
sobre todo, echándole un poco de método, que últimamente hago todo a lo loco. El
año pasado sólo fui en una ocasión y me pegué una paliza de padre y muy señor
mío, ya que estuve todo el día allí, rematando la faena con una cena con el
responsable de Legua Editorial y unos cuantos escritores e ilustradores.
Fue el colofón perfecto a un día excelente (estuve acompañada de dos
bloguer@s), pero acabé agotada y por eso, este año decidí darme una tregua. La
opción que elegí fue la de ir varias veces.
La primera visita la realicé el domingo 2 de junio, dos días después
de su apertura. Nunca me ha gustado ir al principio, por la cantidad de gente
que acude, pero viendo el calendario de firmas, observé que muchos escritores a
los que quería conocer estarían esa tarde y, aprovechando que el mercurio
decidió que la primavera ¡por fin! había llegado a Madrid, era la ocasión. El
cartel elegido, diseñado por Juan Gatti, me encantó y es el motivo que se
imprime en las miles de bolsas que se reparten en las diferentes casetas al
efectuar cualquier compra. El lema “El libro es la respuesta”, mucho más.
Así que me apunté las casetas que quería visitar porque en ellas
firmaban algunos de mis autores preferidos, llamé a mi hermana y allí que nos
presentamos, a las seis de la tarde, a la caza de la dedicatoria.
El primer objetivo fue la caseta 146, donde según la organización
firmaría libros Lorenzo Silva desde las 17:30 hasta las 19:00. Como
comprenderéis, lo normal es seguir un orden, pero precisamente, por cuestión de
horario tuvo que ser el primero porque los demás autores que queríamos ver
estarían a partir de las 19:00 horas. Pero la sorpresa fue que cuando llegamos
allí, el autor de La marca del meridiano no había aparecido. Tardó lo
suyo (luego nos contaría que había tenido problemas con su vuelo, de ahí la
demora). Me hizo especial ilusión hablar con él, porque en una ocasión quise ir
a una de sus charlas y al final los planes se me trastocaron. Me comentó que
estaba pendiente de este mes temático que estamos celebrando y que le parecía
muy interesante el trabajo que realizamos.
La siguiente caseta que quería visitar era justo la de al lado, la
147, donde Fátima Casaseca firmaba ejemplares de uno de los libros más
divertidos que he leído a lo largo del año: Una mamá española en Alemania.
No pude evitar, nada más verla, preguntarle por Destroyer y el del Rizo y no os
imagináis las risas que nos echamos cuando me dijo que precisamente estuvieron
el día anterior y tuvieron que llevárselos enseguida. También hablamos de la
blogosfera y en particular del blog De tinta en vena, ya que leyó la
reseña que Carmina acababa de publicar sobre su libro y me confesó que
se había emocionado con sus palabras.
A continuación, el siguiente objetivo era la caseta 207, en la que se
hallaba Carmen Posadas. Siempre me ha gustado esta mujer, pero no tenía
ni idea de lo encantadora que podía llegar a ser. Estuvimos hablando de su
última novela: El testigo invisible y de intereses comunes. Me presentó
a sus nietos, que estaban rondando por la caseta y llegó a darme su
correo-electrónico para seguir compartiendo impresiones. En ese momento, ya me
daba por satisfecha, pero todavía la Feria me depararía algunas alegrías más.
Después nos cambiamos de acera; los autores que me faltaban estaban
casi en las casetas del principio, excepto Luis del Val, que se
encontraba en la 316. También me llevé una alegría al conocerle, pues durante
años le he escuchado en la radio y la sensación de cercanía era quizás más
evidente que con los anteriores. Llevé dos novelas suyas: Reunión de amigas,
que hace poco tiempo me había enviado la Editorial Algaida y Volveremos a
Venecia, que fue el libro que me tocó en suerte en la comida de Siresas
organizada por el Sant Jordi madrileño. Le pedí consejo sobre por cual de los
dos libros empezar y acabamos riéndonos porque las razones que esgrimía eran
similares y a la vez diferentes. Total, que no resolvió mis dudas y me veo
leyendo los dos a la vez.
En la caseta 73 conocí a Juan Madrid. Admiro tanto a este
escritor que incluso me puse nerviosa cuando me encontré ante él y no le hice ni una fotografía. Es, de los
escritores a los que conocí ese día, el único que no sigue las redes sociales,
más allá de ello, sólo puedo decir que es un encanto de persona. Llevaba
conmigo dos ejemplares de Los hombres mojados no temen la lluvia. Uno era mi lectura en ese momento y aún así, no puedo dejar pasar la oportunidad de recomendárla; el
otro, también dedicado, se lo llevará uno de los participantes en esta II Edición del Mes de la novela negra, policíaca y de misterio.
Y mi visita a la feria de ese día terminó en la caseta 71, donde
conocí a Natalia Sanmartín, la autora de El despertar de la señorita Prim. Me encantó hablar con ella, de su novela y de algunos pormenores de
la trama de su novela. A pesar de la larga fila que poco a poco se iba
montando, me invitó a entrar con ella a la caseta. Y es que es muy simpática y
asequible.
Mi segunda incursión a la Feria se produjo el sábado 8 de junio. En
esta ocasión bajé el listón en cuanto a los autores elegidos desde casa en
vista del palizón que me di el domingo anterior. Mis elegidos fueron: Jorge Molist Ángela Becerra, Care Santos, Javier Sierra y Sarah Lark.
Al primer escritor que conocí fue a Jorge Molist, que se encontraba en la caseta 57. Me apetecía un montón charlar con él, pues su libro Prométeme que serás libre me gustó muchísimo en su día y sabiendo que estaba promocionando su nueva novela, Tiempo de cenizas (que espero leer en breve) y que prácticamente es continuación de la anterior, me hizo una ilusión enorme.
Ángela Becerra, se encontraba muy cerca de
Molist, en la caseta 64. Nada más acercarme me felicité porque sólo había un
pequeño grupo de personas y pensé que la cosa se daría bien. Pero tela
marinera. Eran un grupo de fans incondicionales que acudieron con todas sus
novelas, que se hicieron mil fotos con ella y tuve que echar mano de paciencia,
porque aquello no acababa nunca. Pero como todo llega, por fin pude hablar con
ella de su novela Memorias de un sinvergüenza de siete suelas y me
escribió una hermosa dedicatoria. También me dijo que es posible que haya una
continuación de la historia ¿qué os parece?
Desde que leí Habitaciones cerradas, tenía unas ganas tremendas
de conocer a Care Santos, con quien mantengo contacto vía e-mail. Y ese
fue el día. La encontré en la caseta de la Editorial Planeta, la 147 y disfruté
mucho hablando de su anterior novela. A la charla se unió otra lectora, contando anécdotas que surgieron durante la lectura y lo pasamos muy bien. También me puso en antecedentes sobre la actual,
El aire que respiras, de la que espero dar buena cuenta durante estas
vacaciones.
Y, para terminar, quiero hacerlo con una noticia agradable: la 72ª Edición de la Feria del Libro de Madrid se ha saldado con incremento del 9,3% en ventas con respecto al año anterior, recaudando 7,1 millones de euros.
Uno de los grandes triunfadores de este evento ha sido Javier
Sierra y conseguir la firma en su novela El maestro del Prado me
llevó mi tiempo, la verdad. Aunque en un principio el libro no me llamó la atención, a raíz de un reportaje que vi en Cuarto Milenio en el que Iker Jiménez y el autor escenificaron la trama del libro, cambié de idea, por lo que después de hacer acopio de agua (¡qué precios y qué
timo!, por cierto), porque el calor apretaba, me planté en la fila de rigor.
Apenas me detuve unos minutos con él, pero conseguí mis propósitos.
A Sarah Lark la encontré en la caseta 178. Estaba firmando ejemplares
de su última novela, La isla de las mil fuentes, pero no me atreví a
comprarla aún habiendo leído un montón de reseñas que la recomiendan
fervorosamente, pues todavía no me he leído En el país de la nube blanca
(y a este paso ya me contaréis). Eso si, me lo firmó sin problemas y con una
sonrisa.
En teoría, con estos cinco autores me hubiese dado por satisfecha,
pero al final me lié la manta a la cabeza, o me liaron, y de ese modo me enteré
que Jerónimo Tristante se encontraba firmando en la caseta 56, ejemplares
de su novela La última noche de Víctor Ros. Tenía entendido que era muy
buena (después muchas reseñas me lo han corroborado), así que no dudé en
adquirirla a la espera de encontrar el momento adecuado para leerla.
Gracias a la megafonía del recinto, me enteré que Inma Chacón
estaba firmando ejemplares de su novela Tiempo de Arena y me faltó
tiempo para acercarme a la caseta pues siempre es agradable charlar con alguien
a quien se tiene cariño ¿verdad?. También me contó que estaba dando las últimas pinceladas a su nueva novela, Mientras pueda pensarte. Además de libros hablamos de los buenos ratos
que pasamos en las distintas ediciones del “Amigo Invisible” que organizo en
este blog y en las cuales siempre participa. Es una mujer muy interesante, os
lo aseguro.
¿Y quien se puede resistir al encanto de Ildefonso Falcones?
Pues eso digo yo. Y aunque la cola para llegar a él era como para pensárselo,
al final mi hermana decidió que quería comprarse su novela, La reina
descalza, y no me quedó otra. Ahora sólo espero que una vez leída me la
preste… Apenas estuvimos unos segundos con él, el tiempo justo para que la
firmase, porque da un poco de apuro ver todo lo que tienes detrás.
No voy a negar que la política me interesa, por eso, encontrarme en la
caseta 165 de Ecobook, Librería del Economista a Alberto Garzón me
produjo alegría. Tenía ganas de leer (o al menos intentarlo en vacaciones) este
estupendo análisis y su punto de vista que sobre el capitalismo o la crisis
económica que nos corroe ha desarrollado el joven congresista de Izquierda
Unida y uno de los grandes activistas del Movimiento 15-M. Después de adquirir
su libro, La gran estafa, me lo firmó amablemente. También estaban en
sendas casetas esa tarde Alfonso Guerra o Julio Llamazares, pero había tantos
periodistas alrededor que pasé de largo.
Y cuando creía que mi homenaje librero anual se había acabado por este
año, me encuentro en Facebook que mi querido Javier Pellicer estaría en
Madrid el último fin de semana de Feria. ¿Será posible?, me dije. Así que no me quedó
otra que acercarme el pasado día 15 a saludarle a la caseta de Ediciones Pàmies. Me llevé bajo
el brazo El espíritu del lince, novela que nunca dejaré de recomendar y
encantada de la vida me encaminé hacia el Paseo de Coches del Retiro, dispuesta
a charlar con él de su nuevo libro, Legados, un homenaje a la literatura
fantástica y los juegos de rol, porque precisamente la novela está ambientada en
un juego de este tipo, Aventuras en la Marca del Este, cuya creación es
española cien por cien. Me habló de Bainis de Robleda, de Calanis Matador de Magos
y de Thalla, de los espectaculares escenarios que en ella se describen y de la
mitología que invade toda la obra.
Pero la Feria del Libro de Madrid no son sólo escritores dispuestos a
dar lo mejor de si mismos ante sus potenciales lectores, sino mucho más. Además
de las actividades relacionadas con el mundo de la literatura (distinto
encuentros u homenajes –como los que se les hicieron a José Luis Sanpedro y
Javier Cambronero-), están los advenedizos: esos famosos o famosillos del mundo
de la televisión o del colorín que parece que no satisfechos con sus abultados
ingresos necesitan aparecer en cualquier sarao, con cualquier excusa, aunque
sea vendiendo unos libros cuyos “derechos de autor” son, cuanto menos,
sospechosos (para que os hagáis una idea, las colas para la firma de Mariló
Montero triplicaban las de Ildefonso Falcones y algo similar ocurría con Carmen
Lomana comparada con Pérez-Reverte). En este sentido, quiero hacerme eco de las
acertadas palabras de Almudena Grandes que en un alegato espléndido
sobre la literatura escribió en El País y a quien Mercedes Milá
(acompañada en su absurda cruzada de la simpar María Teresa Campos) en su
tontería galopante (la de ambas), exigió que les pidiera perdón… ¿perdón por
qué? ¿por decir que no nos dejemos engañar por gente como ellas? Cito un
párrafo, aunque os recomiendo que leáis el original, si no lo habéis hecho:
“Hablo de mis semejantes, mis hermanos. Exigentes, perfeccionistas, obsesivos, capaces de dejarse arrebatar por una ficción originada en ellos mismos, de vivir dentro y fuera de su propia vida durante años, persiguiendo una imagen, una idea, el exacto significado de una palabra. No salen en la televisión, no son famosos, no tienen más presencia pública que las fotos de las solapas de sus libros. Pero son los guardianes del tesoro, los depositarios de una herencia ancestral, los héroes de estos tiempos de chichinabo, donde cada día más necios confunden valor y precio. Y encima, tienen que aguantar que tantos famosos de medio pelo, periodistas, estrellas de la televisión, seudoaristócratas y demás aparezcan en los telediarios exhibiendo esos libros que, dicen ellos, son sus novelas.
No se dejen engañar, escojan la literatura. Atrévanse a dejarse seducir por los autores que se juegan la vida en lo que escriben, acepten esa apuesta preciosa, solemne, y no caigan en la trampa de lo que parece igual pero es distinto”.
Y, para terminar, quiero hacerlo con una noticia agradable: la 72ª Edición de la Feria del Libro de Madrid se ha saldado con incremento del 9,3% en ventas con respecto al año anterior, recaudando 7,1 millones de euros.
Que gran crónica y que suerte tienen algunas de poderlo disfrutar, jejeje
ResponderEliminarLa Feria del Libro es siempre fascinante. Y poder acercarte a tus autores favoritos, una gozada. Yo tuve más suerte que tú con Ángela Becerra, que estaba solita, y me dedicó el libro con mucho cariño. Igual que Lorenzo silva, que, además, me recordaba de aquella presentación a la que no pudiste ir y estuvo encantador conmigo. Muy simpático también Juan Eslava Galán, que me comentaba entre risas que la "La lápida templaria" ya tuviese su nombre real en la portada.
ResponderEliminarEstoy contigo en el tema de los advenedizos de la literatura. La que había liada en la caseta de Mercedes Milá, Paz Padilla, Jorge Javier Vázquez y la madre de "Jezulín" era para quedarse pasmada. Un follón tremendo, con los de seguridad tratando de poner orden, mientras en otras casetas los seguidores de Matilde Asensi, Falcones o Silva guardaban colas organizadas esperando poder disfrutar del saludo. La cruzada de la Milá y la Campos en la televisión defendiendo lo indefendible es más bien triste.
¡¡Nos vemos el año que viene!!
Wow!! Qué crónica, aquí la Feria ha estado floja, faltaron casetas, autores, la cambiaron se sitio y no sé si fue buena idea. No estaba al tabto de la cruzada, y eso que son personajes que veo, aunque no los leo. Es un debate muy extenso, porque sí que creo que hay periodistas profesionales que tienen buenos títulos a sus espaldas, aunque me imagino que estos a los que me refiero estan fuera del debate.
ResponderEliminarEn fin, la Feria del libro de Madrid es mi asignatura pendiente. Por cierto, grande Carmen Posadas, vino a Málaga a la presentación del "Testigo invisible", y vaya si es cercana y amable, contó muchas anécdotas y cosas de sus libros, daban ganas de segr oyéndola toda la tarde. Un encanto de mujer.
Un besote!!
Estupenda reseña de esta edición a la que finalmente no he podido asistir. Me gusta mucho la Feria del Libro de Madrid, tiene un halo especial.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la crónica; siempre es un placer poder rememorar la Feria del Libro, todas las veces que sea posible, aunque sea desde los puntos de vista de otros lectores y bloggeros. ¡Veo que la aprovechaste bien! Este año, a diferencia de otros, no me ha pillado durante exámenes y también he podido conocer a unos cuantos escritores, aunque no haya hablado tanto con ellos porque de la mayoría no había leído su novela y además nunca sé qué decir en esos casos... Igualmente, han sido unos días estupendos.
ResponderEliminarUn beso!
Ays, no sé por qué veo estas entradas, que me dan una envidia... Pero sanita... Sí que has aprovechado bien el tiempo!
ResponderEliminarBesotes!!!
Estupenda crónica de tu Feria del Libro, que por otra parte, está siendo bastante controvertida por el tema de escritores que no son tanto pero que mediáticamente tienen mucho peso. Es un debate que está ahí. Pero en cualquier caso lo que quería era felicitarte por el provecho que le has sacado a la Feria del Libro, que es una pena (por otro lado) que haya pocas ciudades capaces de mantener el listón.
ResponderEliminarUn saludo!
Teníamos que haber hablado. Yo también estuve el día 8 y coincidimos en la novela de Jerónimo Tristante. Pero no me di la paliza que tú, ni mucho menos... ;)
ResponderEliminarY por supuesto que lo de Jorge Javier Vázquez, Mercedes Milá, Paz Padilla, etc., no tiene nombre. Pero es lo que hay. Y yo pegando la hebra con Joaquín Leguina porque nadie se acercaba a comprar su libro... Ya ves que hay gente "pá tó". Besotes.
EliminarQué quieres que te diga, este año la Feria aparecía patrocinada por Mediaset.
ResponderEliminarMe parece un poco lamentable y no entiendo de qué tienen que pedir disculpas, pero en fin...
Por otro lado, QUE ENVIDIAAAA!!!
Al final este año no me pude acercar! U.U
El año que viene, fijo =)
Besotes
Magnifica la crónica que has hecho de esta edición de la Feria del Libro, me ha gustado muchísimo, no falta ningún detalle. Yo, por casualidad, también estuve allí y me compre unos cuantos libros, más de los que mi presupuesto me permitía, pero como serán pocas las veces que tendré ocasión de volver la aproveche al máximo.
ResponderEliminarUn beso,
Me ha encantado tu relato,quien hubiera podido estar ahi??al próximo año,gracias por acerarnos un trozo de la Feria del libro!!besotes
ResponderEliminar¡Mi sueño es ir a la Feria del libro de Madrid! ¡Tantos autores que me gustaría conocer!
ResponderEliminarGracias por la crónica.
Un abrazo.
Yo no estuve en fin de semana, con lo que vi a escritores "menores" que no son tal, sino menos conocidos
ResponderEliminar¡Qué crónica tan genial! ¡Qué envidia!! Y qué escritores tan interesantes!!! Gracias por la crónica, casi ha sido como estar ahí (pero sin colas ni aglomeraciones jajajaj).
ResponderEliminarUn beso!
Que suerte!!Cuantos autores y cuantas firmas ,yo solo he podio ir un dia y poco tiempo asi que no pude ver a ninguno de los que me hubiese gustado.Otro año será.
ResponderEliminarBesos
Anda que no la has aprovechado ná jejeje. Fantástica la crónica y el acopio de firmas. Yo disfruté mucho con la de Sevilla pero ni comparación con la vuestra. En relación al articulo de A. Grandes, me quito el sombrero. ¡Qué "jartura" de parásitos literarios! Besos.
ResponderEliminar¡Qué envidia me das! ¡Qué suerte poder pasear por una feria como la de Madrid y conocer a tantos grandes escritores! Lo tengo pendiente, algún año tengo que ir con una gran bolsa y traerme una pila de libros firmados por ellos y unas cuantas fotos de recuerdo, a ver cuándo me surge la oportunidad y puedo echar el día por allí!
ResponderEliminarFantástica crónica!
Un beso!
¡Qué buena ronda que hiciste, Kayena! Pero suerte que no te querías dar palizón este año, eh? Me hubiese gustado acompañarte, sobre todo para saludar a Care Santos, que me parece super interesante. Un besote!!
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato de la visita, yo este año no he ido y ya lo estoy echando en falta. Un beso
ResponderEliminarMe alegro que hayas disfrutada de la feria, qué suerte vivir en Madrid. Aunque si estuviera allí no sé si me atrevería a ir, porque lo que vi en la tele me daba un poco de miedo, ríos y ríos de gente, imposible moverse.
ResponderEliminarMe parece muy triste, e injusto, que los famosos se dediquen a quitar espacio a los verdaderos escritores, cuando ellos en cualquier momento pueden atraer gente.
Se ve que has tenido una visita intensa e interesante a la Feria del Libro de este año. Yo hace un montón de años que no voy a la de Madrid, pero la verdad es que las veces que la he visitado se me ha hecho corta la estancia con la cantidad de autores y la buena presentación que se hacía de los libros.
ResponderEliminarUn saludo.
Pedazo post, te lo has currado muchísimo y me ha encantado. Me alegro de que lo pasaras tan bien y que pudieras charlar animadamente con autores de tal talla.
ResponderEliminarUn beso!
¿Llevabas un carrito con todos los libros? Porque debían pesar lo suyo. Yo no suelo ir a la Feria, pero esta vez fui a la caseta de Araña Editorial, donde Isabel del Río Salvador, firmó ejemplares de su novela bilingüe (inglés y español) Zero negativo, un conjunto de relatos cortos "inquietantes", con la sangre, el dolor, la muerte y la falta de empatía, como temas subyacentes. Si queréis refrescar el inglés os animo a leerla. ¡Además es familia mía!
ResponderEliminarSúper completa la reseña. Todos los escritores parecen tan buenas personas en tus fotos...
Has disfrutado de la Feria al máximo. Yo, este año, al contrario de ti, apenas he estado. La visité una sábado por la mañana, pero, mientras paseaba entre expositores, empezó a llover torrencialmente. Después ya no volví. Al final, es siempre más de lo mismo y los descuentos tampoco son impresionantes. Un beso, Kayena, y gracias por compartir tus impresiones.
ResponderEliminarMucho mejor dosificarse la feria en varias veces, di que sí. Yo este año me quedé sin la firma de la última novela de Pérez-Reverte, qué rabia me dio...
ResponderEliminarEnvidia y más envidia, hace años que no concurro a una feria del libro interesante. La de mi ciudad es una verdadera porquería. Ya casi no se exponen libros y no traen escritores.
ResponderEliminarBesos
Me das una envidia! Siempre he querido ir a la Feria del Libro de Madrid, pero nunca me cuadran los horarios... Y veo que a ti te ha cundido muchísimo! Buenísima crónica y gran alusión final a la polémica escritores - famosuchos, en la que estoy totalmente de acuerdo con Almudena Grandes (y no por ser admiradora suya, que no me he estrenado con su prosa). 1beso!
ResponderEliminarBueno pero a tí que te ha mandado algún periódico jejejeje. Que buen reportaje y cuanto grande
ResponderEliminarUy, Kayena. Al leer la reseña me has emocionado y todo. Me alegro muchísimo que hayas disfrutado mucho en la Feria del Libro de Madrid. Tengo alguna de las novelas que citas pero ya el remate es con mi querido amigo Javier Pellicer. El espíritu del lince te va a encantar. Para mi es una verdadera joya literaria. Es un autor que apunta muy alto. Y si no el tiempo nos lo dirá. Besos, Paco.
ResponderEliminarVaya reportaje, como vean tu entrada los de la organización de la feria te fichan, estupendo!!!
ResponderEliminarYo también me pase por allí y me compre unos cuantos libros, esta feria es todo un espectáculo que merece la pena visitar, además este año el tiempo se alió con la organización y salvo alguna pequeña tormenta fue bastante bueno.
Besos
No sabes la envidia que me das (pero sana, eh?).
ResponderEliminarPor donde yo vivo no voy a encontrarme nada de este estilo, y con mis peques poco puedo viajar.
Me ha gustado mucho la forma de contar tus excursiones a la feria del libro, porque nos transmite lo bien que te lo pasaste allí y lo merecido que fue la espera en las largas colas.
Un saludo.
guaaaaauuuuuuuuuuuuuuuuuu este año no ha podido ser, pero me temo que voy a ponerme en forma por si el año que viene puedo pasarme porque con tremendos palizones que te das me vas a dejar más que molida, aunque sería un placer te lo aseguro
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