lunes, 28 de mayo de 2018

LA CIUDAD DE LA LLUVIA, de Alfonso del Río



DATOS TÉCNICOS:


Título: LA CIUDAD DE LA LLUVIA
Autor: Alfonso del Río
Editorial: Ediciones Destino
Colección: Áncora & Delfín
ISBN: 978-84-233-5342-2
Páginas: 624
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta






Necesité poco más de diez páginas para saber que La ciudad de la lluvia era una novela no solo reseñable, sino posteable, tuiteable y simultaneable... y todos los "-ables" que se os puedan ocurrir. Vale, posiblemente esté inventando términos, pero es que tanto a Carmina como a mi nos encanta encontrar novelas para compartir en Twitter y no siempre es fácil. Son necesarios una serie de ingredientes para que tantos blogueros como los que participamos en #SoyYincanera nos divirtamos como lo hemos hecho y esta novela los aglutina todos.

Así que enseguida nos pusimos manos a la obra y comenzamos una nueva Lectura Simultánea que, a día de hoy, figurará como una de las más atractivas de cuantas hemos realizado. También en eso ha tenido mucho que ver Alfonso del Río con su apoyo y seguimiento a esta iniciativa. ¿Queréis saber los motivos?.





Alfonso del Río (Bilbao, 1980). Licenciado en Derecho, en 2017 fue galardonado por Iberian Lawyers como uno de los cuarenta mejores abogados jóvenes de España y Portugal por medio del premio bianual Forty under Forty. Asimismo, trabaja en un bufete internacional y es profesor en la Universidad del País Vasco.

Aunque ha sido coautor de varios libros especializados, estos no saciaron su necesidad de escribir, motivo por el cual, hace diez años, comenzó a escribir La ciudad de la lluvia en ratos perdidos, aunque fue hace tres años cuando la retomó con más ímpetu y le dió el impulso definitivo.





En el Bilbao de principios de los años ochenta, tres misteriosas muertes unirán los destinos de varios personajes sin conexión aparente. Alain Lara, un joven y prometedor jugador del Athletic, descubre una vieja fotografía de los años cuarenta que su abuelo Rodrigo había mantenido siempre oculta. De todos los personajes que aparecen en ella Alain reconoce a su abuelo, junto a un también joven Ignacio Aberasturi, el gran empresario bilbaíno y actual candidato a la presidencia del Banco del Norte. La repentina y extraña coincidente desaparición de ambos, junto con otros sucesos, lo llevará a una investigación que se remontará a un pasado oculto.

En un intento por entender lo que sucede, Alain contactará con María, la hija y heredera del imperio Aberasturi, y junto a ella tejerán los hilos del pasado que unieron a sus familias en los años del Berlín nazi, en busca de respuestas. Pero lo que obtendrán serán más preguntas, más dudas, más sospechas.

¿Qué pudo unir hace más de cuarenta años a estos dos hombres cuyas vidas nunca más volvieron a cruzarse? ¿Quiénes son los demás personajes que aparecen retratados junto a ellos? ¿Quién y por qué anda detrás de ellos?

La ciudad de la lluvia es un thriller que reúne lo mejor y lo peor que anida en el ser humano. Es una historia sobre el poder magnético de la ambición, el amor y la complicidad entre las personas, y que nos muestra que la cara oculta que todos tenemos no puede permanecer indefinidamente en la sombra.

 
 


Un misterio sin resolver. 
Un oscuro secreto del pasado.
Nadie puede esconder la verdad para siempre
Bilbao, 1983 – Berlín 1941.

Cuando Alain Lara descubre entre los restos de una mudanza una vieja fotografía en tonos sepia no puede dar crédito a lo que la imagen muestra, ya que se remonta al Berlín nazi y uno de los integrantes de esos tres hombres que miran a la cámara, acompañados de un niño, es su abuelo. Desplazado a la izquierda de la imagen y observando un avión hay otro hombre, vestido de uniforme y de espaldas al objetivo. Sin embargo, otras urgencias y otras circunstancias hacen que olvide momentáneamente la enigmática fotografía.

Nos encontramos en Bilbao, en 1983, y Alain acaba de regresar a su tierra natal como un auténtico campeón, procedente de Valencia. Es futbolista de primera división, toda una estrella y profeta en su tierra gracias a la gloria conseguida en otros lares. Precisamente, y gracias a la proeza realizada con su anterior equipo en la última jornada, su actual equipo, el Athletic Club de Bilbao acaba de arrebatarle la Copa de la Liga al Real Madrid, en una de esas finales llamadas de infarto porque al equipo merengue le bastaba con un simple empate para alzarse con el título mientras que el equipo rival, además de ganar, necesitaba que los astros se confabularan con él porque otros equipos tenían que perder. Parecida suerte corría el Athletic, ya que tenía que ganar a la Unión Deportiva las Palmas que también se jugaba el descenso y también tenían que darse una serie de circunstancias para alzarse con el preciado trofeo. Y ocurrió lo impensable gracias a un gol de Alain Lara. Y Bilbao fue una fiesta.

Y de la mano de Alain y de su abuelo asistiremos a una de las jornadas más emotivas que a lo largo de su historia vivió el Botxo: el 3 de mayo de 1983 una gabarra (un bote dedicado al transporte de hierro, la principal fuente de riqueza vizcaína) navegó por la ría, desde su desembocadura en Getxo hasta el Ayuntamiento de Bilbao, llevando a los jugadores del Athletic Club y su trofeo, mientras más de un millón de personas vitoreaban al equipo a ambos lados de la ría.


Sin embargo, a pesar de la alegría manifestada por el anciano ante lo vivido, a partir de ese día una sombra parece haberse instalado en su ánimo. Su nieto lo nota, pero ambos, a pesar del gran cariño que se profesan, son demasiado introvertidos como para compartir sus preocupaciones. Y pasa el tiempo y ni siquiera el debut de su nieto en el equipo de su alma es capaz de alegrarle. 

Hasta que tres meses después, a finales de agosto del mismo año, una gota fría arrasa la ciudad y provoca unas inundaciones como jamás se han conocido. Una tragedia sin parangón, que se tradujo en treinta y nueve muertos, infinidad de heridos y que asoló no solo Bilbao, sino más de cien municipios. Uno de esos muertos fue Rodrigo Lezo, abuelo de Alain.

Sin embargo, el futbolista siempre desconfió de que la muerte de su abuelo fuese consecuencia de semejante catástrofe y no fue hasta días después cuando, viendo un reportaje de televisión que hacía un repaso por la biografía de Ignacio Aberasturi, un empresario bilbaino que acababa de morir en extrañas circunstancias y que en esos momentos pugnaba como candidato a la presidencia del Banco del Norte, saltaron las alertas y las sospechas empezaron a convertirse en evidencias, ya que reconoció en las fotos de archivo a uno de los acompañantes de su abuelo en aquella imagen antigua.



Alain comenzará, entonces, una investigación por su cuenta, que le llevará a establecer contacto con María Aberasturi, hija del empresario que aparece en la foto y que también sospecha que la muerte de su padre no fue todo lo accidental que estima la policía. Juntos intentarán descubrir qué motivos llevaron a sus familiares a Berlín en 1941.

Pero esta no será la única trama que nos encontramos en La ciudad de la lluvia, dado que la novela transcurre en tres líneas narrativas y con dos escenarios diferentes. De ese modo, también nos trasladaremos al Berlín de 1941 e iremos conociendo de antemano lo que allí acaeció y que Alain y María buscan con encono.

Y quizás sea en este momento cuando tenga que mencionar a los personajes con los que nos vamos a encontrar en la novela. No hacerlo sería un pecado, porque son ellos quienes sostienen esta fantástica novela. Aparte de Alain o María, cobran especial relevancia las figuras de David Schaffer, un ambicioso abogado bilbaino que en el inicio de su carrera tuvo una pseudo-relación con María, que nunca se materializó a pesar de que ambos llegaron a enamorarse y El Extranjero

A David Schaffer le conoceremos a través de su propio testimonio, dado que nada más comenzar esta historia se dirige al lector en primera persona. Se encuentra recluído en algún lugar y está amenazado de muerte. Eso sí, su trama transcurre en el Bilbao de 1983. La narración es tan directa, tan "identificable", que en los capítulos que él protagoniza cambia incluso la tipografía del texto, emulando a las de aquellas máquinas de escribir antiguas. Iremos conociéndole poco a poco, viajaremos con él desde su presente más inmediato hasta su pasado más remoto, siguiendo el orden que él impone, que no es precisamente el más lineal, ya que la cronología, para él, es ciencia infusa.

En en Berlín de 1941 conoceremos a El Extranjero, el hombre de los tres errores y también el más misterioso, por no citar un montón de epítetos que le describirían perfectamente pero que os ahorraría el placer de descubrirle. Todo un personaje. De diez.



Y, lógicamente, junto a estos personajes de ficción, hallaremos otros reales. Ambos conviven y se relacionan de forma magistral, es una singular mezcla de imaginación cuyo resultado es un magnífico fresco en el que se puede leer la historia y la intrahistoria de estos momentos esenciales en la historia de una ciudad o en otra, pero que ambas marcaron en cierto modo el devenir de muchas personas. Para que os hagáis una idea, nos encontraremos con Gooebels, Hitler o Hess en la trama alemana y Vicente del Bosque o Segurola en la trama española.

No obstante, también quiero mencionar a Maruska Dvorak, porque su aparición en las páginas de esta novela, junto con la del policía Lucas Bieda, es impagable. 



Por todo ello y por mucho más que me dejo en el tintero, creo que deberías acercarte a esta novela. Te seducirá en las primeras páginas y, si te parece tan seductora como a mi, te agradecería me lo dijeras.





La ciudad de la lluvia es una novela donde la intriga se sirve en las primeras páginas y no te abandona nunca. Con un estilo fresco y fluído y un ritmo ágil y convulso, cumple todos los requisitos que ha de tener cualquier buen thriller, de esos que responden al esquema clásico y dejan un buen sabor de boca. Posee, además, unos excelentes personajes que te roban el alma en el primer momento, porque conocerlos es amarlos u odiarlos y porque más allá de que estén más o menos bien construidos -que lo están- son una orgía de reflexiones galopantes en sí mismos y en la mente del lector. Si a ello añadimos unas tramas fascinantes, que transcurren en dos momentos históricos muy determinantes -una a nivel mundial y otra a nivel local- que se conectan perfectamente gracias al buen saber y entender por parte del autor que consigue pergeñar un puzle sensacional en el que los giros argumentales son admirables, no me queda otro remedio que recomendártela, porque te aseguro que disfrutarás con esta novela como no lo harás en mucho tiempo.




lunes, 7 de mayo de 2018

LA TRAGEDIA DEL GIRASOL, de Benito Olmo


DATOS TÉCNICOS:

Título: LA TRAGEDIA DEL GIRASOL
Autor: Benito Olmo
Editorial: Suma de Letras
Colección:
ISBN: 978-84-9129-182-4
Páginas:
Presentación: Rústica con solapas



 



Desde que hace más de un año conocí a Manuel Bianquetti en La maniobra de la tortuga, supe que este personaje había nacido para quedarse, que no podía ser flor de un día. Por ello, cuando me enteré que Benito Olmo volvía a publicar una nueva entrega, me sentí francamente dichosa. No es fácil encontrarse bigardos de semejante envergadura (y lo digo tanto en sentido real como figurado) y no sacarles partido. Así que nos faltó tiempo para hablar con la editorial y proponerles una Lectura Simultánea en #SoyYincanera. Accedieron de inmediato y contábamos los días (al principio, semanas), para organizar, primero el sorteo y después la lectura.

Y, como todo lo bueno, se hizo de rogar, pero llegó el día y Twitter empezó a llenarse de "fototuits", donde en pocas líneas íbamos extractando algunos párrafos que daban sentido a la historia. Y en todos se apreciaba lo hondo que nos iba calando, las sensaciones que recibíamos al ser partícipes de semejante historia.

¿Queréis saber las razones? 




Benito Olmo (Cádiz, 1980) es escritor y guionista. Asimismo, es colaborador de varias revistas y webs literarias, corrector, redactor, «negro» literario, etc.

Novelas publicadas:
- Caraballo (2007).
- Mil cosas que no te dije antes de perderte (2011).
- La maniobra de la tortuga (2018).
- La tragedia del girasol (2018).





Suspendido de empleo y sueldo, el exinspector de policía Manuel Bianquetti se ve obligado a malvender sus servicios como investigador privado hasta que recibe un encargo aparentemente sencillo: proteger a un importante empresario durante su estancia en la ciudad.

Sin embargo, lo que parece un trabajo rutinario desembocará en un reguero de muertes que obligará a Bianquetti a dar rienda suelta a su instinto de investigador para sobrevivir, llevándole a descubrir que, a menudo, el sol que más calienta también es el que más quema.




Hay libros que se esperan como agua de mayo. Libros a los que temes, por las altas expectativas que tienes depositadas en ellos. Suele ocurrir con las series literarias y más especial con el género negro y criminal. Son aquellas que siempre te dejan con ganas de seguir leyendo cuando has terminado el epílogo. Y si el título ejerce como un imán, como es el caso de La tragedia del girasol y que avanzando en la trama acabas comprendiendo, no te queda otra opción que rendirte a la evidencia: la espera no ha sido en vano.

La tragedia del girasol es la segunda entrega de la serie protagonizada por el inspector Bianquetti. Quizás sea esta su mejor carta de presentación, porque quienes allá por mayo de 2016 -ahora se cumplirán dos años- lo conocimos, hemos sido incapaces de olvidarlo. No obstante, si no leíste en su día La maniobra de la tortuga y no tienes posibilidad de hacerlo, quiero avanzarte que al tratarse de novelas autoconclusivas, podrás reengancharte en esta sin el menor problema y no necesitarás echar marcha atrás, dado que el autor ni siquiera ha tenido la necesidad de contextualizar lo que ocurrió en el pasado, ya que la historia empieza de cero y solo en un par de ocasiones puntuales, te pone al día con unos someros párrafos. Otra cosa es que Bianquetti acabe por subyugarte y hagas lo imposible por conocer sus orígenes. Te merecerá la pena.
Pero bueno, por si te lo perdiste, te daré unas breves pinceladas para ponerte en antecedentes: Manuel Bianquetti era un reputado inspector de policía de Madrid, pero quiso la mala fortuna de que un indeseable se cruzase en el camino de su hija y su hasta entonces inmaculado expediente se viese perjudicado. Sus jefes, empáticos como ellos solos, decidieron entonces desterrarlo a Cádiz para que compartiese faena como ayudante de Morgado, el encargado de custodiar el archivo físico de la comisaría gaditana. Osea, la forma más elegante que encontraron de darle una patada en el trasero sin dejarse el pie en el intento.
 

A trancas y barrancas y con más mal humor que otra cosa, asumió su suerte durante un año, hasta que decidió inmiscuirse en la investigación de un crimen y la lió parda. Tanto que fue expedientado y, desde entonces, lleva un año suspendido de empleo y sueldo y le falta otro más para reincorporarse a su puesto de trabajo.

Mientras, va chafardeando aquí y allá, ofreciendo sus servicios como detective privado para no acabar con sus escasos ahorros. De hecho, cuando comienza la novela, se encuentra inmerso en dar con el paradero de una prostituta que responde al nombre de Regina, motivo por el cual, cuando su ex-compañero Silva le brinda la oportunidad de convertirse por unas horas en guardaespaldas de un poderoso empresario en su visita a la ciudad, Carlos Ferraro, a pesar de sus recelos iniciales, decide aceptar.
 
Aparentemente, el encargo es sencillo: una empresa de seguridad llevará las riendas del operativo y Bianquetti, junto con doce guardias más los dos responsables del mismo, velarán por el anciano que además viene acompañado de su nuera. Le acompañarán a una reunión con otro magnate y más tarde a un partido de fútbol en el Ramón de Carranza. Y aunque el policía en el primer encuentro que mantiene en la empresa ya se da cuenta de la poca profesionalidad de los que van a ser sus compañeros, una vez en el estadio todo le rechina... y se produce lo inesperado: una sucesión de muertes que, por un lado, no tienen mucho sentido y, por otro, complicarán la vida de Bianquetti de malas maneras.

Nos veremos entonces inmersos en una trama tan compacta como arrolladora, que nos va atenazando página a página, que no nos da tregua porque nos sentimos parte de ese festival de golpes y sangre a medida que los giros narrativos se suceden. Porque no son ni uno ni dos, sino que se convierten en una locura próxima al paroxismo y donde nos sentimos más perdidos que la esperanza de un pobre porque no sabemos qué nos espera en el párrafo siguiente. Y de giro en giro volamos -sí, volamos, porque llegados a este punto, no podemos soltar la novela ni bajo amenazas- hasta un desenlace en el que trama y subtrama convergen de manera lógica y que no por insospechado es menos verosímil ni más espléndido. Simplemente, es de película por su espectacularidad.

Y si espectacular es la trama o el desenlace, todo se debe a la figura de Bianquetti, el eje sobre la que gravita todo. Porque el policía es el protagonista indiscutible de esta historia. Porque si hubiese un método para crear "un personaje de manual", él cumpliría todas las premisas. Bianquetti es arisco, hasta el punto de que rozar lo desagradable, pero que a falta de un talón de Aquiles tiene dos: Cristina, la mujer de la que está perdidamente enamorado y Sol, su hija, la luz de sus ojos. Y un gran problema: su incapacidad para mostrar sus sentimientos y descubrirse en su absoluta humanidad. 

El problema es que eso le lleva a apartar de su lado a las personas que más quiere, por un afán enfermizo de protegerlas, sin darse cuenta que ambas son mujeres fuertes, capaces de decidir por sí mismas lo que quieren hacer con sus vidas, aunque con cada una de ellas esta no haya sido muy considerada que se diga. Eso es algo que me ha maravillado de los personajes femeninos de esta novela. Da igual que se trate de Cristina o de Luz  como de Mary o Regina, curiosamente la cara y la cruz de una moneda. Una vive en la opulencia; la otra en algo más duro que la pobreza. Esa fortaleza hace que el resto del elenco parezcan seres prácticamente insustanciales, incapaces de dirigir el rumbo de su existencia.
Quizás en el único punto en el que discrepe con la mayoría de las reseñas que he leído hasta ahora es con las descripciones de los escenarios. Cuando me hice eco del lugar en el que transcurría la primera novela de esta serie, fue uno de los acicates que me animó a leerla. Me parecía absolutamente novedosa la ciudad en la que transcurría la trama, que es la misma que en esta segunda: Cádiz. Cádiz y alrededores. Es verdad, como se dice en muchas reseñas, que Bianquetti nos pasea por plazas y calles y que llegamos a sentir ese clima tan característico de la Costa de la Luz como si nos encontrásemos allí. Pero, sinceramente, creo que se queda en la espuma del mar. No es que yo pretenda que me cuente por qué es de estilo barroco y neoclásico la Catedral de Cádiz o quien fue el arquitecto encargado de levantar La Puerta Tierra. No. Simplemente he sentido que todo lo que se contaba de esa preciosa ciudad y de esa provincia era una sucesión de nombres, por no hablar de la escena en la cafetería del Ikea de Jerez o la de la Playa de Valdelagrana. ¿De verdad no había otros lugares? ¿De verdad no podía haber sido menos sucinto con las descripciones? Quizás lo que Benito Olmo pretenda sea crear un estilo peculiar, limitarse a narrar lo imprescincible, pero a mi, particularmente, me da igual que un libro tenga 400 ó 532 página. No los compro al peso.




La tragedia del girasol es una novela negra con todas la letras. Una novela que tiene como pilar fundamental a un protagonista de tronío, de esos que resultan inolvidables, con el que empatizas desde el primer momento. Incorruptible, bruto como él solo, pero que hará tus delicias y con secundarios de lujo. Con una trama adictiva y una prosa intensa, precisa y eficaz. Pero, sobre todo, una novela que no debería faltar en la biblioteca de cualquier aficionado al género.


Esta reseña participa en la iniciativa: