martes, 28 de febrero de 2012

EL CEMENTERIO DE LA ALEGRÍA, de José Antonio Castro Cebrián

DATOS TÉCNICOS:

Título: El cementerio de la alegría
Autor: José Antonio Castro Cebrián
Editorial: Ediciones Martínez Roca (Grupo Planeta)
ISBN: 978-84-270-3888-2
Páginas: 379


Otra vez volvemos a encontrarnos un grupo de bloguer@s para hablar de un libro en concreto, bajo la batuta de Laky, del blog Libros que hay que leer, que ha organizado la Lectura Conjunta de este libro. Desde aquí, quiero darle las gracias por haberme permitido conocer a un escritor con el que he disfrutado no sólo de su prosa, sino de una historia redonda, con la que he disfrutado de muchas sensaciones.



EL AUTOR:
José Antonio Castro Cebrián nació en Chipiona, Cádiz, en 1974. Reside en Alicante desde 1998, donde antes de dedicarse a la literatura a tiempo completo, ejerció como asesor contable, laboral y fiscal. Pertenece a la “Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios”, con voz y voto para la elección de los finalistas en los premios de la crítica literaria valenciana en lengua castellana, participando en numerosas mesas redondas y eventos literarios de diversa índole. Poeta y novelista, ha publicado entre otros trabajos los poemarios “Nostalgia” (1988-1992), “Algazara” (1995), “Canto a mi esencia” (1996), “Juan Triste (Metafísica del silencio)” (1998) o “Volanderas” (1999); las novelas “La Última Confesión” (Vía Magna, 2009) y la recientemente publicada  “El cementerio de la alegría”, de mano del sello Martínez Roca, del Grupo Editorial Planeta.
ENLACES DE INTERÉS:
  
ARGUMENTO:
Adiel es un adolescente de diecisiete años que vive con su tutor, Tito Donabella, dueño de una joyería en un pueblo como tantos otros. Es huérfano de padre y madre: él murió antes de que naciese y ella un par de años después, aunque no guarda recuerdos de ninguno de ellos. Ambos llevan una existencia sencilla, hasta que un buen día llega a la joyería un hombre que se presenta con su nombre de pila, Paulo, y les propone un extraño y rentable trato: custodiar una pequeña caja marrón que, bajo ninguna circunstancia, deben abrir. Cada semana se pasará por allí, a una hora determinada y pagará una cantidad de dinero (500 pesetas), hasta el día que, al ofrecer una cifra determinada de antemano, la recogerá. Una vez aceptado el pacto, Paulo se marcha y a ellos les falta tiempo para descubrir el contenido de la misma: una simple llave.

Ese será el detonante que desmontará la vida de Adiel y de Donabella para siempre. Al pueblo llegarán unos tipos nada recomendables, así como Pierre, un tipo al que apodan “El francés” por razones obvias, aunque él dice considerarse un “investigador de cosas perdidas”. Conseguirá acercarse al muchacho una vez que su tutor se marche precipitadamente. Entonces Adiel será consciente del peligro que corre y la figura de su padre, el Poeta, asomará a su presente como consecuencia de las diferentes revelaciones, muchas veces contradictorias, que le irán haciendo sobre él. Conocerá, también por otros, de la existencia de un tesoro que ha de recibir como herencia y con esas perspectivas, asistiremos a la narración de una historia sobrecogedora, donde la intriga y el misterio fraguarán una batalla por la supervivencia.



IMPRESIONES:
El cementerio de la alegría es el relato de unos aciagos sucesos contado en primera persona y en pasado por su protagonista, muchos años después:

“Tengo la suficiente edad como para recordar aquello que quieran mis años salvar del triste olvido. La suficiente arrogancia como para perdonar todo aquello que nunca nadie se atrevería a imaginar. La suficiente malicia como para desfallecer y sentirme perdido si alguien me mira a los ojos y pregunta por aquellos días. En cambio, tengo la suficiente insensatez como para no dejar que el remordimiento muera conmigo y con mi juramento. Cuando te paras a pensar en el tiempo que ha pasado desde que eras un niño, no caes en la cuenta de que el alma también envejece. Un pedazo muy frágil de la vida sorprendentemente subsiste en la inocencia esperando con los ojos muy abiertos a que la ventana iluminada de la esperanza se vuelva a abrir. Mi historia es un grito que necesito marchitar y dejar escapar al abrigo del perdón. A veces uno no se cree lo que conoce de sí mismo hasta que no es capaz de contarlo a los demás”. (Página 13)

De esta manera comienza la novela, narrada por Adiel a lo largo de treinta y cinco capítulos, (titulados con gran acierto), por lo que presenciaremos los hechos desde su punto de vista. Y resulta curioso este planteamiento del autor al haber elegido este modo y no otro, como por ejemplo el del narrador omnisciente que suele resultar más cómodo de cara al lector, para que en el momento del desenlace entendamos como cuadran todos los palos que se han tocado. Porque ese desenlace, donde pasado y presente confluyen, os aseguro que es asombroso y emocionante, un digno colofón a una historia que se desarrolla ante nuestros ojos de forma estremecedora, no sólo porque el protagonista sea un menor de edad que vive una experiencia traumática, sino porque todo lo que en ella se relata es tremendo, empezando por la maldita herencia que recibe el chaval, para continuar con el grupo de amistades paternas, que no son precisamente la “crème de la crème” de la intelectualidad, vamos. Sigue el orden clásico en cuanto a su desarrollo; es decir: planteamiento, nudo y desenlace y el tiempo se desarrolla de manera lineal.

La portada me ha encantado. Normalmente no me suelo detener en estos detalles, pero en este caso me ha resultado sugerente. Como se puede apreciar en la foto, aparece en primer término una silla y, sobre el asiento, un pequeño cofre. De fondo, un arco románico de medio punto. En la portada posterior veremos la misma foto, pero el cofre ha desaparecido. Lógicamente, el motivo guarda una estrecha relación con la trama. El título también apunta maneras, de hecho, no puede ser más paradójico…. ¿Puede alguien relacionar las palabras “alegría” y “cementerio”? yo, sin lugar a dudas, nunca lo hubiese hecho, pero ahí está.

Con respecto a su estilo, destaca su acendrada escritura, que ensalza el discurso narrativo. Cada una de sus frases está moldeada, por lo que la lectura se convierte en una delicia. Párrafo a párrafo se vislumbra la esencia misma del talento narrativo del autor. Y de ese modo nos va sumergiendo en una historia haciendo alarde, a partes iguales, de sensibilidad, melancolía y energía. Choca, no voy a negarlo, este derroche de emotividad en una novela y sin embargo, resulta emocionante ir avanzando en la trama, capítulo a capítulo. Podría decirse que predominan los diálogos sobre las descripciones, siendo éstas últimas en su mayoría de carácter psicológico o personal. Pero también tengo que reconocer que es denso, no como algo negativo, sino porque no tiene nada de ligero.

“El sonido de la lluvia, debajo de aquellas tejas, causaba un efecto extraño en mi percepción de la realidad; inalterable, pertinaz, casi familiar. Como si las nubes hubiesen sido creadas para estar siempre en los cielos, eternamente lloviendo. Como una primavera quisquillosa, llorona y triste. Al llegar al asilo tuve ese acalorado latido en el corazón que siempre surge cuando una incertidumbre se abalanza sin freno ni rumbo. La tarde ya se había posado en el aire, y el ancho portal vetusto y señorial parecía limpio y mojado. Los tonos mustios, grises y apagados del día anterior se perdían en mi memoria, a lo mejor cansados de estar apenados…” (Página 101).

Intentaré explicaros mediante una anécdota esta percepción: A diario hablo por teléfono con una de mis hermanas, que vive bastante lejos de mi. Dado que una de sus grandes aficiones también es la literatura, comentamos normalmente qué estamos leyendo o qué nos parece lo que hemos leído. Durante bastantes días mi tema de conversación era precisamente este libro y el sábado, cuando le comenté que me había “encerrado” prácticamente para leer las últimas cien páginas que me quedaban, se sorprendió. Y yo también, claro. Y así comprendí, casi por accidente, que este libro me estaba costando mucho más esfuerzo comparándolo con otros y la razón era tan sencilla como cuando al principio os comentaba que al estar escrito con gran rigor estilístico y al estar sus frases perfectamente moldeadas, con abundancia de metáforas, el nivel de concentración en la lectura requiere más fuerza de voluntad de lo habitual. Leí hace tiempo, en algún sitio, que la mente es algo bohemia y tiende a desligarse de su objetivo, a no ser que éste sea fácil, rebotando cada pocos segundos de una idea a otra. Pues bien, cuando el texto que nos ocupa es sencillo, sin florituras, la interpretación es ágil, mientras que si tenemos que prestar atención y escuchar mentalmente las palabras, se convierte en algo más plúmbeo. Pero bueno, esto también me ha sucedido con algunas novelas de José Saramago, a quien considero todo un referente y quizás, por su falta de acción en algunas de sus historias (El hombre duplicado, sin ir más lejos), he tenido la misma sensación.

Los personajes están bien perfilados dentro de su complejidad, incluida la figura ausente del Poeta, el eje vertebrador de la historia. Son creíbles, aunque difícilmente podemos identificarnos con ellos. El protagonista en un niño –bueno, más bien un adolescente que cuando suceden los hechos tiene diecisiete años- que lleva una vida sencilla y que hasta el momento en que los acontecimientos se precipitan, con la llegada a la joyería que regenta su tutor para dejar en custodia un cofre, no sabía lo que eran las preocupaciones; si acaso, el intentar acceder al corazón de la chica por la que bebe los vientos, Dulce, y una ligera nostalgia que le provoca el recuerdo de su padre, a quien nunca conoció. Es por ello que cuando se presenta la ocasión, intenta aprehender los recuerdos de aquellos que le conocieron y de esas reminiscencias forjarse un modelo. De su tutor conocemos poco, si acaso que a petición del Poeta, se hizo cargo de su mujer, que se encontraba a término en su embarazo y de Adiel en cuanto nació, enamorándose de ella irremediablemente. Ella murió al poco tiempo y el niño se quedó con él. Lógicamente, a medida que la historia se va desarrollando, casi al final de la misma, conoceremos los “cómos” y “por qués” de cada circunstancia y de cada personaje.

Con los escenarios he tenido mis más y mis menos; también es verdad que de eso tiene mucha culpa el que soy muy maniática con según qué cosas y con respecto a los lugares, es una de ellas. Me explico: La acción se sitúa en dos sitios en particular: La Capital y El Pueblo. Entiendo que es potestad del escritor determinar y denominar dónde se lleva a cabo cada historia –los hay que incluso eligen lugares imaginarios-, pero al tener constancia de que este relato se desarrollaba en lugares de España (eso si quedaba claro), no he conseguido descubrir en donde. A menudo, a través de las ricas y abundantes descripciones intentaba localizar si el sitio era Chipiona o sus alrededores que conozco bastante bien; o el levante español, donde habitualmente reside el autor, pero no ha habido manera, aunque me inclino por el segundo. Y repito, las descripciones son una maravilla. Pero, sin lugar a dudas, el escenario más interesente de todos es el propio Cementerio de la Alegría, un antiguo colegio situado en las afueras de la Capital que, durante la postguerra, fue utilizado para condenar y ajusticiar a los perdedores. De esa manera, un grupo de carroñeros capitaneados por alguien a quien apodaron Señoría de la Muerte sembraron el terror durante más de una década y medraron a costa de ello. El Poeta fue uno de los condenados por este Tribunal Serenísimo, pero imploró piedad y le perdonaron la vida a cambio de trabajar para ellos. Su famosa “herencia” tiene mucho que ver con este período.

Llegados a este punto, (andaba por los primeros capítulos) pensé que el tema de fondo de la novela sería el de la Memoria histórica, algo nada desdeñable por otro lado, pero ahí me columpié, porque pasa por ella como de puntillas, comentando los horrores que se cometieron en un momento determinado y no niego que llegué a ilusionarme creyendo que se haría “justicia poética”, pero no, me confundí en cierto modo.

Para terminar, sólo puedo poner un “pero” a esta impresionante historia. Creo que Ediciones Martínez Roca no ha sabido “etiquetar” la novela. Normalmente huyo de las clasificaciones que en la actualidad se utilizan para todo. En ocasiones me han dado más de un problema, precisamente por no estar de acuerdo con ellas. Y tengo que decirlo, porque son precisamente esas etiquetas las que nos hacen elegir una novela y no otra (más cuando no se tiene un conocimiento exhaustivo del autor). De hecho, uno de los motivos que me atrajeron de ésta fue que la editorial la presentaba de la siguiente manera:

“José Antonio Castro da una vuelta de tuerca al género del thriller: atmósfera asfixiante, intriga, búsqueda de un legado, falsos juramentos... y un cementerio que recuerda al de los libros olvidados…”

Y sin embargo, desde que comencé la lectura hasta el final, no he encontrado esa atmósfera asfixiante de la que nos hablan, sino acaso, una sensación de incertidumbre que lo envuelve todo, transmitida admirablemente por el protagonista, pero no la que se puede encontrar en este género, a no ser que sea eso a lo que ellos llaman “dar una vuelta de tuerca”. Es una novela amarga, triste, donde en ocasiones surge la ilusión y la nostalgia, pero eso es complicado de “etiquetar”, claro. Tampoco el ritmo es rápido, muy al contrario es bastante lento, sin que eso implique un matiz negativo; de hecho, al principio de la historia somos conscientes del peligro que se cierne sobre el protagonista y durante páginas y páginas vemos como éste se debate entre las dudas y la ignorancia, siendo incapaz de resolver el conflicto hasta el final. Si tengo que reconocer que se han utilizado cliffhangers, un recurso que consiste en generar al final de cada capítulo una leve sensación de suspense que te mantiene en vilo y te obliga a continuar leyendo de manera compulsiva. Por todo ello, al hilo de la etiqueta me pregunto ¿de dónde surge esa necesidad? Y si tan necesario es, que lo cataloguen como intriga y/o misterio, a no ser que sea cuestión de marketing porque el género se ha puesto de moda y entonces ahí no me meto, pero creo que Martínez Roca tiene los suficientes recursos como para darle a esta extraordinaria novela el lugar que se merece sin recurrir a singularizar una novela en un género al que no pertenece.


CONCLUSIONES:
Espero, aún habiendo explicado algún que otro “pero”, que mis impresiones sobre la novela hayan quedado claras: recomiendo la novela como una buena lectura, no sólo porque se trate de una historia atrayente, escrita con un estilo impecable, con una trama perfectamente hilada y un desenlace espectacular, sino porque cuando lo he terminado, mi única intención ha sido la de indagar en la obra del autor, esperando leer su primera novela (esta es la segunda) y las que tengan que venir.




PARTICIPAN EN ESTA LECTURA CONJUNTA:
Laky, del blog Libros que hay que leer 
Kayena, del blog Negro sobre blanco
Margaramon, del blog Libros, exposiciones, excursiones…
Pepe, del blog La Casa de San Jamás
Lourdes, del blog Libros que voy leyendo
Tatty, del blog El Universo de los libros
Espe, del blog Taberna Libraria 
Carmina, del blog De tinta en vena




martes, 21 de febrero de 2012

RESULTADO DEL SORTEO DE CINCO EJEMPLARES DE “NOCHE Y NIEBLA”, de Juan Andrés Moya Montáñez

El pasado 1 de febrero os invitaba a forman parte de la primera Lectura Conjunta que se va a celebrar en este blog. Elegí para ello el libro de un escritor novel al que a lo largo de los años he cogido un cariño especial como usuario de Ciao.es: Juan Andrés Moya Montañéz o john_andy para quienes le siguen allí. Desde que me enteré que había publicado Noche y niebla me estuve devanando los sesos, pensando en cómo echarle una mano a efectos de difusión. Obviamente, tengo pocas herramientas para hacerlo, pero si este blog podía ser una de ellas, había que intentarlo ¿no? Y en esas estábamos… hasta que vi que poco a poco, día tras día, os ibais apuntando al sorteo previo y muchos directamente a la Lectura Conjunta, con independencia de que el azar os sonriese con un ejemplar firmado por el autor.


Por ello os quiero dar las gracias, a todos, por vuestra generosidad. Porque aún a sabiendas de que soy una romántica recalcitrante que va por la vida pisando charcos, sigo creyendo que todo se puede cambiar, pero para ello, hay que intentarlo. También soy realista, que conste ¿recordáis aquel famoso adagio que decía “Quien a los veinte años no es de izquierdas no tiene corazón. Quien a los cuarenta años es de izquierdas no tiene cabeza”? Pués eso: posiblemente no pueda cambiar nada, ni que Juan Andrés venda más libros o, lo que es peor, que sólo unos pocos disfruten de su elegante prosa, de su sensibilidad absoluta… pero vamos a intentarlo ¿verdad? Vamos a dar a conocer, desde nuestro espacio, este libro y a este autor.

De momento, os dejo el resultado del sorteo realizado con la participación exclusiva de Ramdom.org.

 Rebeca de Winter


Carmina


 MorenoSister


Tatty


Pedroemilio


¡¡¡ENHORABUENA!!!

Os recuerdo que debéis enviarme vuestros datos postales -por correo electrónico- para hacérselos llegar al autor, que será quien se ocupe de realizar el envío. En caso de no recibir los correos en el plazo de tres días, se volverán a sortear cumplido ese plazo.

Por otro lado, me gustaría que me confirmáseis quienes vais a participar en la Lectura Conjunta, una vez realizado este sorteo, para concretar fechas. Una semana antes del inicio de publicación de las reseñas (13 de marzo), publicaré un “recordatorio” con el calendario de las mismas, aunque me gustaría, a modo de homenaje al autor, que los usuarios de Ciao.es que sólo vayan a publicar en ese espacio virtual, inaugurasen este evento publicando TODOS el día 20 de marzo y si alguno (de cara a recibir comentarios por parte de la blogosfera) quisiera publicar su reseña en este blog (lógicamente, firmando con su nick), también lo pongo a vuestra disposición.

Un abrazo a todos.


P.D.: La convocatoria de la Lectura Conjunta sigue abierta, hasta el día 20 de marzo a quien quiera apuntarse.

PARTICIPANTES EN LECTURA CONJUNTA:
Kayena, del blog: Negro sobre blanco
Laky,del blog Libros que hay que leer y de Ciao.es
Pedroemilio, de Ciao.es
Blair, del blog Mis lecturas de cabecera
Rebeca de Winter, del blog Negro sobre blanco
MorenoSister, de Ciao.es
Tatty, del blog El universo de los libros
Carmina, del blog De tinta en vena
Lupa, del blog Acurrucada entre letras
Rachel Antúnez Cazorla, del blog Contra los límites
Cay11, de Ciao.es
Cartafol, del blog O meu Cartafol
Margaramon, del blog Libros, exposiciones, excursiones...
Margari, del blog Mis lecturas y más cositas
Diana1111, de Ciao.es
Otisblues, de Ciao.es
Nunux, de Ciao.es
Toninhogalego, de Ciao.es
Gem77, de Ciao.es
Matiba, del blog Matibascorner y de Ciao.es
Bejarana76, del blog Amor por la lectura y de Ciao.es
Inma, del blog Aprendiz de mucho
DoctorOne33, de Ciao.es
Pepe, del blog La Casa de San Jamás
Talisman Dreams, del blog del mismo nombre












domingo, 19 de febrero de 2012

CIEN AÑOS DE SOLEDAD, de Gabriel García Márquez

DATOS TÉCNICOS:

Título: Cien años de soledad

Autor: Gabriel García Márquez

Editorial: Editorial Sudamericana

ISBN:  843760494X

Páginas: 496


Cuando me apunté al reto de leer y reseñar 10 sagas familiares, promovido por Tatty en su blog El universo de los libros, la primera novela que se me vino a la cabeza fue Cien años de soledad, por razones obvias, ya que en ella se dan cita seis generaciones de una misma familia, además, lógicamente, por haber sido una de las mejores novelas que he leído a lo largo de mi vida, sino la mejor. La leí hace muchos años, demasiados, y consideré que había llegado el momento de releerla y ésta era la oportunidad ideal.

Cien años de soledad se publicó por primera vez en Buenos Aires, en 1967. La primera edición constaba de 8.000 ejemplares, que se agotaron en menos de dos semanas y, a día de hoy, han sido más de 30 millones los ejemplares que se han vendido, además de haber sido traducida a 35 idiomas. El autor se la dedicó al matrimonio formado por José Miguel (Jomi) García Ascot y María Luisa Elio Bernal, con quienes mantuvo una gran amistad.
fuente:  http://www.kayenalibros.blogspot.com 

EL ARGUMENTO:
Cien años de soledad es la historia de Macondo y sus habitantes, desde sus orígenes hasta sus últimas consecuencias. La historia se inicia con el relato de la fundación de la localidad, a la que llegan José Arcadio Buendía y su esposa Úrsula Iguarán, acompañados de un grupo de amigos y provistos tanto de animales domésticos como de utensilios de todo tipo, con el propósito de asentarse.

Asistiremos a la fundación de la ciudad y su posterior desarrollo que va unido irremediablemente al de esta familia y sus sucesivas generaciones. De cómo lo que en principio parecía el paraíso, el último reducto de la felicidad, empieza a degenerar con la llegada de otras gentes, incluso Rebeca, una niña a la que adoptan los Buendía y que trae la peste del insomnio y del olvido, uno dependiente del otro y que causa estragos. Una vez al año y de manera itinerante, llegan los gitanos a Macondo, en particular Melquíades que traba una gran relación amistosa con el patriarca, al que le hace llegar todo tipo de inventos y a quien entrega la medicina que les salva de las enfermedades que está devorando a los habitantes de la ciudad. Como recompensa, José Arcadio le invita a pasar una temporada en su casa, momento que el gitano aprovecha para escribir unos pergaminos en los que relata la crónica de la familia, que sólo podrán ser descifrados pasados cien años.

Después llegarán las guerras y sus consecuencias…

fuente:  http://www.kayenalibros.blogspot.com 

IMPRESIONES:
A veces escribir una reseña sobre una obra en particular se convierte en algo complicado. En mi caso, suele ocurrir por dos causas especialmente: la primera, cuando el libro que intento reseñar no me ha gustado y no encuentro la fórmula para explicar esos motivos por los que la lectura se ha tornado ingrata (entendiendo esta palabra en la tercera acepción de su significado según el DRAE: Que no corresponde al trabajo que cuesta labrarlo, conservarlo o mejorarlo). La segunda, que es precisamente la que corresponde a esta novela, cuando me ha generado tal cantidad de impresiones, que me veo incapaz de resumirlas y citarlas. Aún así, intentaré hacerlo.

Por ejemplo, os podría contar que si hay una historia donde la palabra como tal tiene un peso específico, es ésta. De hecho, un buen ejemplo de ello es cuando el narrador nos relata: “el mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas hacía falta señalarlas con el dedo" y de ese modo, las palabras van naciendo y materializándose, a medida que son necesarias o se van inventando sobre la marcha. No sé si habéis leído un artículo que escribió García Marquéz sobre la importancia de los diccionarios, aludiendo expresamente a María Moliner. En él se nos habla de la importancia de la palabra, de su fuerza y del poder que pueden llegar a tener para que uno sea un gran o un escritor mediocre, pero si no lo habéis hecho, desde aquí os lo recomiendo, para entender así su obra y esta novela en particular, si todavía no la habéis leído. Pero García Márquez, además de darle a las palabras un lustre espectacular y la dimensión adecuada, se vale de otros recursos, como la hipérbole para simultanear la realidad y la ficción sin que el lector lo perciba como una situación exagerada ¿Puede llover durante cuatro años seguidos? Pues no, sería la respuesta habitual, pero en Macondo ocurre y a nadie le extraña; o la prolepsis, donde al refutar por anticipado algo, cuando llega el momento adecuado lo damos por sabido, sin olvidar las anáforas o aquellas metáforas tan típicas del autor por sus alusiones a sensaciones corporales, como si las tuviese que leer un niño pequeño. Pero estos son sólo una muestra de los procedimientos utilizados, porque son muchos más.

La acción transcurre en Macondo, un pueblo ficticio y recurrente en la obra de García Márquez, por lo que se podría hablar de intratextualidad narrativa (hay alusiones en La hojarasca (también la acción transcurre allí), El coronel no tiene quien le escriba (transcurre en un pueblo próximo), Los funerales de la Mamá Grande (si cita a Macondo y se dan detalles), La mala hora (también transcurre en Macondo) y en su autobiografía publicada en 2002, Vivir para contarla, donde el autor asegura que era el nombre de una finca dedicada a la explotación de bananas, próxima a la ciudad donde nació, Aracataca. El lugar no existe, es sólo producto de la imaginación del autor, pero por los datos que se ofrecen, bien pudiese existir, aunque no con ese nombre. Al fundarse la ciudad, el autor nos la compara con el paraíso y la vemos evolucionar a lo largo de los años, convirtiéndose en un lugar próspero, donde todo el mundo el feliz. Pero el tiempo, que todo lo destruye, permite que el mal se instale entre sus vecinos y haga estragos.

El libro está dividido en veinte capítulos, de los cuales, en los tres primeros asistiremos al periplo que iniciaron José Arcadio Buendía y Úrsula Iguaranán junto con un grupo de amigos hasta que llegaron a su destino: Macondo. Los cuatro últimos nos relatarán el momento de deterioro del lugar, mientras que todo el grueso de la novela nos describirá tanto el desarrollo de la ciudad como el de las gentes que la colonizaron. El vocabulario es exquisito, la prosa impoluta, con una garra sólo comparable a la extraordinaria historia de la que somos testigos. Pero lo que sin duda caracteriza a esta novela, como ninguna otra, es el uso del “Realismo mágico”, un concepto que consiste en exponer lo irreal y fantástico como algo cotidiano y habitual. Sus máximos exponentes, junto con García Márquez, son Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier o Neruda, entre otros.
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Su estructura espiral enfatiza la idea de la atemporalidad y nos permite contemplar el paso del tiempo tanto en pasado como en presente y futuro y comprobar que el carácter repetitivo de la historia no es siempre fiel, aunque las circunstancias o los nombres de los protagonistas sean las mismas, gracias a la figura de un narrador omniscente que narra desde una perspectiva distante, aunque al final de la obra este mismo narrador se convierte en uno más de los personajes. En la novela se abordan diferentes conceptos, como el del paso del tiempo como algo trágico y aniquilador; la soledad, siempre presente, que es el denominador común que une a casi todos los miembros de la saga y que cada uno vive desde una manera diferente. Y por supuesto, el incesto, que sobrevuela desde el inicio sobre la historia y unos cuantos personajes, encabezando la lista los patriarcas, que eran primos y desde la niñez habían vivido juntos. Obsesionados con la superstición de que quienes mantienen este tipo de parentesco sólo podrían engendrar hijos con cola de cerdo, no dudan en casarse y temer lo peor.
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Los personajes:
La novela transcurre a lo largo de un siglo y diferentes generaciones de una misma familia se van tomando el relevo. Los nombres de ellos, en particular el de los varones de la estirpe, se repiten de una a otra, además de sus cualidades que son las que los hacen aptos para llevar un nombre u otro, lo que da lugar a una telaraña intrincada con la que en ocasiones te distraes irremediablemente, ya que da pie a algunas confusiones. En su día, me hice un árbol genealógico (os aseguro a quienes no hayáis leído la novela que no es ninguna tontería). Pero empecemos a hablar de ellos por el principio:


*La primera generación la forman José Arcadio Buendía y Úrsula Iguaranán: Son los patriarcas de la estirpe y fundadores de Macondo.

**Tuvieron cuatro hijos: José Arcadio, Coronel Aureliano, Amaranta y Rebeca Montiel (adoptada).
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José Arcadio se casa con Pilar Ternera, una echadora de cartas, unos años después de haberla dejado embarazada.
Aureliano se casa con Remedios Moscote, la hija del Corregidor, pero ella muere antes de tener descendencia.
*** José Arcadio y Pilar tienen un hijo: Arcadio.
*** El Coronel Aureliano y Pilar Ternera tienen un hijo: Aureliano José.
*** El Coronel Aureliano tiene además 17 hijos de 17 mujeres diferentes. Todos ellos son bautizados con el nombre del padre y el apellido de la madre.

**** Arcadio (hijo de José Arcadio y Pilar Ternera), se casa con Sofía de la Piedad y tienen tres hijos: Remedios la bella, José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo.

***** Aureliano Segundo se casa con Fernanda y tiene una hija: Renata Remedios (Meme), José Arcadio y Amaranta Úrsula.

****** Meme se casa con Mauricio Babilonia y tiene un hijo: Aureliano Babilonia.
******* De la unión de Aureliano Babilonia con su tía Amaranta Úrsula nace Aureliano, personaje en el que se cumplen las aciagas predicciones, al nacer con cola de cerdo y con él acaba la estirpe.
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No podría explicar los avatares por los que pasa esta familia, generación tras generación, porque además de desvelar los momentos más importantes, lo considero una empresa prácticamente imposible. Pero, además de estos personajes, hay otros muchos ajenos a la familia que tienen una trascendencia importante, entre ellos Melquíades, el encargado de llevar al pueblo todos los avances e inventos o curar a sus habitantes de una enfermedad traída por Rebeca. Pero sin duda, lo más trascendental, es que fue él quien escribió la historia de la familia tiempo atrás…
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Eso si, si tuviese que elegir un personaje en concreto de entre todos los que forman este gran elenco, sin ninguna duda me decantaría por José Arcadio Buendía, el patriarca, por todos los sentimientos que ha sido capaz de transmitir y por su enorme personalidad. De todos ellos, ha sido el que independientemente de la circunstancia que se narraba, me podía hacer reir, o llorar, o desesperarme. Un personaje rico en matices, idealista y con una gran fortaleza.
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CONCLUSIONES:
Llegados a este punto, en el que debería recomendar o no la lectura, me parece una obviedad pronunciarme al respecto. ¿Cómo no hacerlo cuando estamos hablando de una obra maestra de la literatura universal? Ya en 2007, durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Cartagena de Indias fue considerada una de las novelas más importantes de la lengua castellana, además de otras menciones. Pero no creo que sean los premios lo que más te puedan interesar como lector ¿verdad? Por ello sólo puedo decirte que esta novela es un prodigio literario, una de las producciones más espléndidas que se hayan podido escribir a lo largo de los siglos y que a pesar de los pocos años que han pasado desde su publicación, se ha convertido en todo un clásico y un referente de la literatura universal. Además, la historia es de una vigencia meridiana y se podría extrapolar fácilmente a la actualidad, ya que al darse cita todos los males que aquejan al ser humano, se pueden sacar todo tipo de reflexiones.
fuente:  http://www.kayenalibros.blogspot.com 



jueves, 16 de febrero de 2012

UNO SE ACOSTUMBRA, de Arnoldo Rosas



DATOS TÉCNICOS:

Título: Uno se acostumbra

Autor: Arnoldo Rosas

Editorial: Ediciones Oblicuas

ISBN: 978-84-15067-62-7

Páginas: 169


El pasado mes de diciembre Arnoldo Rosas se puso en contacto conmigo, para hacerme llegar un ejemplar de este libro. No es el primero que ha publicado, por lo que no podemos decir que sea un autor novel, ya que en su país –Venezuela- ha sacado al mercado cinco novelas, pero éste es el primero que llega a España. Y, a los pocos días de ese primer contacto, el libro llegó a mi domicilio a través de la editorial, aunque por diversas cuestiones he tenido que ir posponiendo su lectura, hasta ahora.


EL AUTOR:

Arnoldo Rosas (Porlamar, Venezuela 1960).-Perteneció al Taller de Narrativa del Centro Latinoamericano “Rómulo Gallegos” (1981-1982). Sus trabajos han merecido los siguientes reconocimientos: Premio de Narrativa “Régulo Guerra Salcedo” 1987. Premio de Narrativa “Rosauro Rosa Acosta” 1988. Mención especial concurso literario “Andrés Silva” 1991. Primer finalista Bienal Literaria Nueva Esparta “Chevige Guayke” 1991. Mención de Honor Bienal Latinoamericana de Literatura “José Rafael Pocaterra” 2000. Ha publicado: Para Enterrar al Puerto (1985). Igual (1990.) Olvídate del Tango.( 1992) La Muerte No Mata a Nadie (2003) Nombre de Mujer (2005). Textos suyos están presentes en las siguientes antologías: Antología de Narradores Neoespartanos (1993). Antología de Narratistas Orientales (1994). Recuento, Antología del Cuento Breve Venezolano (1994). Quince que Cuentan (2008). Uno se acostumbra es su última novela.



SINOPSIS:
Antonio Martínez es un hombre de negocios, de mediana edad, solitario, que entre viaje y viaje fantasea con la posibilidad de ser otro, de tener otras experiencias. Acostumbra a imaginar los nombres de las personas que contempla en los aeropuertos y a construir a su alrededor unas vidas que podrían ser perfectamente la suya. ¿Pero cuál es su verdadera vida?

Arnoldo Rosas realiza un excelente ejercicio narrativo a lo largo de esta desconcertante e irónica narración mediante el cual implica al lector en el propio texto. Exige su participación para acabar de tejer la urdimbre de identidades ambivalentes que se desarrolla en ella: una trama que no hace más que reflejar las angustias y emociones de unos personajes que son incapaces de sostenerse a sí mismos.


BOOK TRAILER DE LA NOVELA:





IMPRESIONES:
En la sinopsis nos hablan del protagonista, Antonio Martínez, un hombre de negocios, de mediana edad que en sus viajes fantasea no sólo con que es otra persona, sino que además lo hace con las personas con las que se cruza tanto en los aeropuertos como dentro de los aviones. Visualiza sus vidas, sus costumbres, sus formas de actuar… incluso elige los nombres que les corresponden, a no ser que de alguna manera los conozca de antemano. Pero la historia va más allá lógicamente y, poco a poco, iremos conociéndole más a fondo y disfrutaremos viendo como alguna persona de estas con las que se ha cruzado pasa por su vida y deja rastro.

¿Os ha ocurrido alguna vez que hayáis tenido que pasar un tiempo determinado en algún sitio sin nada más que hacer que mirar a quienes os rodean? A mi me ocurre a menudo en el metro o en la consulta de algún médico, por ejemplo. Lógicamente, en esos casos y si el tiempo de espera no es demasiado, no hay nada mejor que un libro, ¿pero os imagináis un viaje? Pues bien, el protagonista de esta novela utiliza estos momentos para fantasear con respecto a las personas que se encuentran en su camino. Pero claro, ya puestos, no se limita a suponer a qué se dedican y poco más, que sería lo que haría el más común de los mortales, sino que Antonio decide, porque así lo estima, cómo se llaman, a qué se dedican, su situación personal o cualquier aspecto de su vida. Es asombroso ver como visualiza cada una de las circunstancias de cada persona con la que se topa y a las conclusiones que llega.

Al leer la contraportada del libro, antes de abordar la novela, leí que se trataba de una “desconcertante e irónica narración”. Me dije: “piano, piano”, porque más de una vez me he llevado alguna que otra sorpresa y no siempre agradable. Por un lado, me encanta la ironía como recurso literario, pero reconozco que es un arma de doble filo, porque precisamente el humor es un concepto en ocasiones resbaladizo y la ironía, que va pareja a él, no siempre lo hace de una forma implícita. A este respecto, hay una frase de Jorge Portilla que explica mejor que yo esa diferencia "la ironía nos libera hacia un valor positivo; el humor nos libera de un valor negativo, de una adversidad". Por otro lado y aunque venezolanos y españoles utilizamos el mismo idioma, es muy frecuente que los modismos particulares fuesen un inconveniente y, a pesar de haberlos, no han afectado para nada; es más, en ocasiones, me han resultado simpáticos.

Es una novela peculiar, no voy a negarlo, en todos los sentidos. Está dividida en cinco capítulos, cada uno con diferente estructura y en alguno de ellos pueden tener más protagonismo algunos de los aparentemente secundarios. Y cada capítulo tiene una manera diferente de encarar las situaciones; de hecho, mientras en uno podemos encontrar que hay muchos diálogos, en otros brillan por su ausencia. El lenguaje es pulcro y sencillo, escogido en cierto modo dependiendo de cada situación, con lo que el autor demuestra riqueza léxica. Pero hay algo que es consustancial a todos: hay que abordar esta lectura con una cierta predisposición y ganas de concentrarse en la lectura, aunque con ello no estoy diciendo que sea aburrida, porque no lo es para nada, sino que es algo que noté nada más empezarla: llevaba leídas unas diez páginas cuando tuve que dejarla durante unos días. A menudo me veía pensando en el protagonista, que a priori me parecía un chiflado de cuidado y, sin embargo, me apetecía un montón seguir conociendo sus vicisitudes, sus dudas existenciales, sus paranoias. Y cuando pude retomar la novela, disfruté avanzando en la historia, porque cuando parecía que se trataba de una historia delirante, se produjo un nuevo giro coincidiendo con el inicio de otro capítulo que me permitió conocer algo nuevo de la vida del protagonista, desde otra perspectiva. Y de ese modo, capítulo a capítulo, siempre sobrevuela la tensión.

En principio, es una historia corriente, la de un gerente de una empresa de ámbito nacional que se ve obligado a viajar a Miami para cerrar un negocio. Vive solo y su vida es bastante anodina. Tiene idealizado a su jefe, al que pide consejo a menudo. Lo interesante es la manera en que están narrados los acontecimientos internos, la percepción de la realidad, no sólo del protagonista, sino de alguno de los secundarios, que podrían acercar la historia al terreno de la novela psicológica.


CONCLUSIONES:
Por todo lo dicho, quiero destacar que he disfrutado un montón con esta lectura, que es todo un ejercicio de imaginación, con un protagonista que como dije al principio, a priori me parecía un majareta y que, poco a poco, me ha permitido pasar unas horas divertidas, no sólo con sus delirios, sino con las historias paralelas que iban surgiendo. También hay drama en la novela, pero está llevado con mucho tino y también con mucha originalidad. En definitiva, considero que merece la pena darle una oportunidad a Arnoldo Rosas, porque su prosa es fluida, envolvente y entretenida y con un estilo muy particular.




martes, 14 de febrero de 2012

EL ETERNO OLVIDO, de Enrique Osuna


DATOS TÉCNICOS:

Título: El eterno olvido
Autor: Enrique Osuna
Editorial: El peón espía
ISBN: 978-84-9387-162-8
Páginas: 450


Cuando decidí formar parte de esta Lectura Conjunta, sólo me asaltó una duda: temía que mis expectativas con respecto a esta novela fuesen tan altas que su lectura acabara decepcionándome, porque suele ser bastante habitual que esto ocurra cuando el techo está muy alto. A fin de cuentas, había leído ya bastantes reseñas en positivo y, si a todo el mundo le gustaba tanto, ¿qué pasaría si a mi me ocurría lo contrario? Es muy incómodo desfilar con el paso cambiado y no quería verme en esa disyuntiva con un escritor novel. ¿Quieres saber cuáles han sido mis impresiones? Pues sigue leyendo…


BIOGRAFÍA CONTADA POR EL AUTOR:

Vine al mundo el 20 de septiembre de 1966, en la costera ciudad de La Línea de la Concepción. Como le ocurrió a tantas familias humildes, la mía recibió la llamada a filas de la emigración. Viví tres años en Londres y regresé justo a tiempo de ser privilegiado testigo de la Transición. Mis padres consiguieron una vivienda social. Las Palomeras se convirtió pronto en un referente de barrio marginal y peligroso, un sambenito que injustamente nos vimos obligados a portar todos los moradores. Yo me siento orgulloso de haber compartido quince años de mi vida con gente humilde, honrada y trabajadora. Buenos amigos hice allí y gratísimos recuerdos conservo del colegio Santa Ana, donde conseguí mi primer premio literario, quién sabe si el último. La flor que cura a la princesa Violeta fue mi versión de un cuento que oí de mi padre. Contaba once años. El premio, un libro de Julio Verne: Miguel Strogoff. Por esas fechas me topé con el apasionante mundo de las 64 casillas. Pero literatura y ajedrez aguardarían aún muchos años. Apenas trascienden ligeros escarceos con ambas artes en mi etapa de instituto. El Menéndez Tolosa; allí cursé cuatro maravillosos años y allí conocí a la mujer de mi vida. El 4 de septiembre de 1982 sellamos nuestra unión. La boda llegaría casi diez años después y la felicidad suprema nos abrazaría por dos veces, en 1995 y 1999. En 1986 me hice socio de la Peña Ajedrecística Linense. Me dediqué con entusiasmo al estudio y práctica del ajedrez, hasta alcanzar el primer puesto por ranking de mi ciudad. El ansiado título de Campeón de la provincia de Cádiz llegó por fin en 2006. Le debo mucho, muchísimo al ajedrez. Pero también tendría que rendirle cariñosamente cuentas por tantas horas de lectura robadas.

Me diplomé en Relaciones Laborales y tuve variopintas ocupaciones, desde vendedor ambulante hasta empleado de la Administración Pública, pasando por representante de comercio, asesor laboral, profesor de educación secundaria y una curiosa variedad de puestos en distintos sectores. Mi vida está plagada de proyectos, de bandazos descontrolados, hasta que, afortunadamente, un día comprendí que había llegado la hora de liberar a la escritura de su confinamiento. 2009 fue testigo del encuentro entre ambas aficiones, gracias a la publicación de mi primer artículo en la revista Jaque. El verano de ese mismo año decidí dar carta de naturaleza a un sueño. De algún modo, siempre supe que escribiría una novela. El mismo día que cumplí 44 años presenté a mi familia El eterno olvido.


ARGUMENTO:
La novela comienza presentándonos a Julian, un hombre próximo a la jubilación cuya única familia está compuesta por su hija Beatriz, casada en segundas nupcias con Ricardo, tras enviudar cuando se encontraba embarazada de Noelia. Cuando la niña cuenta con tan sólo cinco años, el abuelo descubre que puede ser superdotada y decide, por su cuenta y riesgo, ponerse en contacto con un gabinete psicopedagógico para que le orienten a este respecto. De siempre, Julián ha desconfiado de su actual yerno y por alguna razón, no quiere que éste pueda aprovecharse de la capacidad de su nieta. Lo malo es que esa intuición acabará cristalizándose con el tiempo y de la manera más ingrata posible.

Por otro lado, conocemos a Samuel, un administrativo de vida anodina y un pasado desdichado que al enterarse a través de un informativo de televisión de la existencia de un concurso en internet, decide participar registrándose en la página www.kamduki.com. La finalidad del mismo es, ni más ni menos, encontrar “la persona más inteligente y audaz del planeta” y el premio, aunque en principio no se estipula, será el mayor de la historia. Tendrá carácter eliminatorio y los participantes tendrán que superar nueve pruebas donde el ingenio es vital para pasar cada una de las rondas. Con lo que no cuenta Samuel es que lo que en principio asume como un juego, acabará por transformarse en su obcecación preferencial en su hasta ahora anodina existencia.

De cualquier modo, os dejo un párrafo de la sinopsis que resume perfectamente lo que en la novela encontraremos:

“La sombra del pasado, el amor y la crueldad se entremezclan en una aventura sin retorno en busca de un sueño. El eterno olvido no es sólo una novela de amor, intriga y suspense; es la constatación de que lo mejor y lo peor de las personas transitan sobre una línea demasiado delgada”.


BOOK TRAILER: EL ETERNO OLVIDO




IMPRESIONES:
Había leído varias reseñas de este libro que me convencieron para leerlo mucho antes de que Laky propusiera esta Lectura Conjunta, pero dada la larga lista de lecturas pendientes, no encontré el momento de hacerlo, así que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, tuve la excusa perfecta para embarcarme de lleno en esta experiencia, siempre gratificante. Lo primero que llamó mi atención fue su oscura portada, donde los sesenta y cuatro escaques de una tabla de ajedrez y una mano moviendo una ficha ocupan el plano, aunque en el centro de la imagen se ve un túnel y una persona acercándose a la salida; obviamente, ese metafórico detalle es toda una declaración de intenciones (podéis ver el detalle en la foto inferior). No puedo decir que sea una experta en ajedrez, ya que apenas conozco las reglas y poco más, pero todas las novelas que he leído hasta la fecha y que de alguna manera intercalan o aluden a este juego en su argumento, me han cautivado.

“La vida es como un largo y negro túnel donde nos empeñamos en no ver la luz…”

El libro se puede dividir en dos partes claramente diferenciadas (aunque entiendo también a quienes ven tres, al separar la historia de Julián y Noelia del resto). En la primera, se nos pone en situación y se nos presenta a los personajes, tanto secundarios como protagonistas; en la segunda parte, la trama se vuelve más intensa y vehemente, dando paso al suspense y consiguiendo, con gran acierto, sumergirnos en un mar de circunstancias que te anegan los sentidos provocando toda suerte de sensaciones. No puedo obviar, sin embargo, la gran cantidad de reflexiones filosóficas sobre temas actuales que pone el autor en boca de los personajes, que en alguna ocasión me han parecido excesivas, ya que ralentizaban la lectura, pero no siempre. Y con este no niego la riqueza intelectual del autor, ya que anda sobrado de ella, sino simplemente lo que a mi me ha parecido. Me ha recordado, en cierto modo, a aquella Novela Social típica de la década de los 50, que tan bien defendía Jean Paul Sartre cuando aseveraba: “El escritor tiene una función social, y será cómplice de la opresión si no se alía con los oprimidos” o “No se es escritor por decir ciertas cosas, sino por decirlas de cierta manera”, pero desde el punto de vista de la actualidad y tratándose de un thriler, no me lo esperaba. Más tarde, conociendo las impresiones de otras personas a través de sus reseñas, he notado que much@s bloguer@s de los que participamos en esta Lectura Conjunta habían caído en este detalle, incluso comparándolo con las premisas que Stefan Zweig mantiene al respecto a través de Lucía y eso me ha hecho ahondar en el tema, porque creo comprender a Osuna. ¿Acaso no es un recurso literario la paradoja? ¿O sólo la pueden utilizar los autores consagrados?, sobre todo, teniendo en cuenta que esa aseveración la mantiene uno de los personajes, pero no el conjunto de ellos. Y lo único que implica es, sencillamente, que el autor conoce la obra de Zweig, pero no por ello está obligado a imitar su estilo ni éste es el paradigma literario a tener en cuenta.

El ritmo narrativo es el adecuado en cada momento: en la primera parte es pausado, metódico, mientras que en la segunda, en ocasiones llega a ser endiablado. El lenguaje es sencillo y fresco, pero escogido. Los diálogos son sutiles, inteligentes y las descripciones fantásticas. Los giros son impactantes y el desenlace, que aunque no era el que me esperaba, está a la altura de la extraordinaria novela que es. A pesar de ser una novela autoeditada, ha sido un alivio comprobar que las típicas faltas de ortografía, gramaticales o de sintaxis tan frecuentes en este tipo de material, aquí no se dan. Está dividida en capítulos cortos, lo que unido a lo trepidante de la acción, consiguen que quieras devorar las páginas una tras otra.

¿Y qué decir de los personajes? Los hay de todo tipo, porque así debe ser en cualquier novela que se precie. Los hay fascinantes, como Lucía o Marta; despreciables, como Ricardo o Flenden, o entrañables como Julián, pero todos tienen su propia historia y de todos conocemos sus íntimos secretos y sus intenciones. Podrían ser personas normales y corrientes, pues son tremendamente creíbles. Es verdad que me hubiese gustado que alguno tuviese más protagonismo, algo lógico cuando una personalidad te parece fascinante (y sí, también me uno a la corriente que aboga por Marta), pero quiero pensar que quizás, algún día, el autor haga una segunda parte de esta novela y ella se erija en todo su esplendor. Y tengo que reconocer que aunque en la mayoría de las reseñas que he leído casi todo el mundo se ha mostrado fascinado por el “efecto Kamduki”, que no puedo obviar tampoco, porque es impactante al ser las pruebas todo un ejercicio de ingenio e imaginación y por lo tanto espectaculares hasta el punto que te encadenan a la lectura, yo me quedo con la primera historia, la de Julián y su nieta, por realista. Con toda su dureza, con toda su crueldad, porque me he visto reflejada en cierta manera. He entendido a ese abuelo, capaz de todo por su nieta, sabedor no sólo del peligro que corría aunque al principio sólo era una percepción personal; sabedor también de las capacidades de la niña aunque su madre no fuese consciente, porque ese abuelo, como muchos otros, ve más allá de lo que los padres percibimos. Porque mientras nosotros vivimos el día a día, los abuelos, con la sabiduría que da la experiencia y la resignación que da la vida, ven en sus nietos la constatación de aquello que en su día no pudieron hacer, porque el ciclo de la vida tiene esas caídas. Y todos sabemos, por muy ácida que sea esta historia, que lo nos relata Osuna es sólo la punta de un iceberg de lo que vemos a diario, porque la realidad siempre supera la ficción, lo queramos o no. Y él nos lo traslada como nadie y nos ofrece una solución (quizás más triste que toda la historia en sí), convincente, porque para nuestra desgracia, el sistema es incapaz de ofrecer otras.

También he disfrutado mucho con la personalidad de Noelia; hoy en día en que la competitividad es tan exagerada, ver como una niña la aborrece me causa admiración. Saber que alguien es capaz de no presentarse a un campeonato que tiene ganado de antemano porque ha visto que el contrincante se ha sentido humillado, dice mucho del carácter de alguien y más a temprana edad. Creo que daría para debatir largo y tendido con el significado real de la inteligencia, pero esa es otra historia. Comprendí perfectamente cuando decidió retirarse del campeonato de ajedrez, porque viví una situación similar con uno de mis hijos, que fue expulsado del equipo de fútbol de su colegio, siendo el mejor delantero de todos los que tuvieron, porque cuando marcaba un gol al equipo contrario, hacía lo mismo en propia meta, porque según él, tenía amigos en ambos bandos y no quería hacer un daño gratuito.

Parque Vigeland - Monolitten
Mención aparte merece el apartado de la ambientación, ya que está muy conseguida, se percibe que el escritor conoce perfectamente los escenarios que nos describe. Y son muchos. Hay un momento, por ejemplo, en que la acción se sitúa en Tenerife, en concreto en la famosa Plaza de la Candelaria con la que la ciudad honra a la patrona del archipiélago. O Sevilla, donde asistimos a sus procesiones. Pero quizás el que más me ha llamado la atención, posiblemente por mi desconocimiento del lugar, es cuando nos traslada a Noruega. En Oslo visitaremos el Parque Vigeland, denominado así en honor al escultor a quien la ciudad encargó una serie de monumentos, entre los que destaca el espectacular bloque de granito denominado Monolitten (Monolito) o bien,  el Sinnataggen (el niño enojado), para continuar por el Tunel de Lærdal (el más largo del mundo con 24,5 km de longitud) con destino a Bergen.

Luego están las alusiones literarias que gracias a Lucía, una devoradora de libros, estimulan de alguna manera al lector. Así, Osuna nos hablará de algunos libros y sus autores, como Stefan Zweig, Antonio Machado o el mismísimo Nietzsche. Otro aspecto a tener en cuenta por los amantes del ajedrez, es la mención de algunos importantes ajedrecistas que han tenido peso en la historia de este juego.


CONSIDERACIONES AL MARGEN:
He leído el libro a través de la aplicación que ha creado Amazon para quienes no tienen el famoso kindle; tengo un libro electrónico, si, pero de otra marca… y muy mala cabeza. Es decir, una persona metódica antes de decidir cualquier cosa, suele mirar las distintas opciones para hacerse con un ejemplar, sobre todo cuando el autor se ha esmerado por activa y por pasiva en darlo a conocer. Pero como dicen los toreros: “Vísteme despacio, que tengo prisa”, en este caso no he prestado atención, y así me luce el pelo. Con todo esto no quiero decir que el sistema “Kindle para PC” no merezca la pena, porque si la merece, pero no es la mejor para alguien como yo, aunque Gordon Willoughby, Director de Kindle para Europa, asegure que con un aparato de estos se lee tres veces más.

¿Y por qué lo digo? La razón principal es la más sencilla de todas: porque no me gusta leer por ordenador. Y si a eso le añadimos que este libro en particular es de los largos (más de cuatrocientas páginas), razón de más. Y como de todo se aprende, en la próxima no me cogéis, en serio.

Pues bien, hasta aquí os he contado mi “experiencia lectora del libro”, pero hay otras opciones y a continuación os las resumo:

1.- Puedes pedírsela por correo al autor, de manera gratuita, en este e-mail: eleternoolvido@gmail.com.

2.- Descargarte la novela a través de la página del autor:  http://enriqueosuna.webnode.com/descarga-la-novela ). En este caso, tú eliges el precio. Si, como lo oyes; de hecho, puedes pagarlo de diferentes maneras, entre ellas mediante Paypal.

3.- Pero si eres como yo, si te gustan los libros “en papel”, puedes conseguir un ejemplar a través de la Editorial El Peón Espía.
o a través de la editorial de Amazon (CreateSpace).


CONCLUSIONES:
He disfrutado un montón con este libro, desde la primera página hasta el final y eso, sin lugar a dudas, es todo un logro del cual autor es el único responsable. Es más, en los momentos en que tenía que dejarlo por alguna razón (hay vida más allá de los libros), no podía evitar pensar en la historia y en qué sorpresas me depararía. En el libro se simultanean dos historias paralelas, a cual más interesante y que lógicamente confluyen en un momento determinado. Comienza con la historia de Noelia y su abuelo, dura como pocas, pero que atrapa, para pasar a presentarnos enseguida a Samuel, un personaje al que vemos evolucionar tras apuntarse a un concurso que causa furor en internet. Son dos maneras diferentes de mantener al lector en vilo: en la primera, porque nos araña en lo más íntimo, nos desgarra las entrañas. Recordáis aquella frase de ¿Quién puede matar a un ruiseñor? Pues eso es lo que se siente, que observar como se daña a un indefenso nos remueve los instintos; por otra parte, en la segunda, asistimos a una carrera de obstáculos, una pequeña distopía en la que un pobre infeliz quiere brillar con luz propia, quizás por imperativo moral y nosotros le acompañamos, somos testigos mudos de sus avatares y sus obsesiones y queremos que cruce el umbral del éxito. Por ello, no puedo hacer otra cosa que admirar la forma en que Osuna ha conseguido dar vida a unos personajes imperecederos, perfectamente definidos y por ello, difíciles de ignorar, a pesar de que, en ocasiones, el olvido sea eterno.

Si he considerado un fallo la introducción por parte del autor de algunas reflexiones, quiero manifestar que tan sólo se trata de una percepción particular que en nada desmerece la narración y no dudo que para otras personas sea un acierto absoluto. Es lo bueno de literatura, que cada persona pueda hacer una lectura individual de una historia concreta.

Por otro lado, tengo la sensación (que no me ocurre con frecuencia), que volveré a leer este libro de forma más pausada. Imagino que a todos nos pasa que cuando una novela te atrapa de la manera en que ésta lo hace, se llega a leer compulsivamente, devorando las páginas porque se quiere saber más y más y a costa de lo que sea, qué va a pasar con los personajes y con la historia en general. Y me vuelve a la cabeza la eterna pregunta: ¿Dónde están esas editoriales con peso específico en el panorama literario dejando que mirlos blancos como Osuna se tengan que autoeditar?



PARTICIPANTES EN LA LECTURA CONJUNTA Y RESEÑAS PUBLICADAS:
Metgaladriel, del blog La musa yel espíritu
Dsdmona, del blog El mundo de Dsdmona
Laky, del blog Libros que hay que leer.
Rachel Antúnez Cazorla, del blog Contra los límites
Romy, del blog Lo que sea
Cartafol, del blog O meu Cartafol.
Marina, del blog Cargada de libros
Meg, del blog Cazando estrellas.
Margari, del blog Mis lecturas y más cositas.
Aprendiz de mucho, del blog Aprendiz de mucho.
Offuscatio del blog Livrosy más libros… 
Pepe, del blog La casa de San Jamás
LaPeRa, del blog As miñas cousas
Carmen, del blog Carmen y amigos
Carmina, del blog De tinta en vena

FALTAN POR PUBLICAR:
Kristineta! del blog Cris y sus mariposas
 Luisa del blog Aquí me quedé